Una vivienda integrada y abierta al jardín

Una vivienda integrada y abierta al jardín

Una vivienda integrada y abierta al jardín

El gran secreto de una espaciosa vivienda unifamiliar es la fusión entre los espacios interiores y exteriores. Todo, distribución y decoración, ha de estar pensado y encaminado a integrar el espacio interior de la casa con el jardín al aire libre que la rodea.En cada habitáculo, sobre todo en la planta inferior, se disponen grandes puertas acristaladas, que no sólo dan acceso directo al jardín, sino que también permiten una abundante entrada de luz natural a cada rincón de la casa.En este caso, la amplia vivienda cuenta con dos plantas, en las que se ha optado por una división muy clásica. Mientras en la planta inferior nos encontramos con el área de servicio, es decir los espacios más funcionales y prácticos del hogar -tales como el salón, la cocina, el comedor y la zona de estar-, para la planta superior se han dejado los espacios reservados para los dormitorios. En este sentido, llama la atención que la primera planta no dispone de pasillos entre las estancias, lo que significa que cada dependencia tiene una doble entrada, posibilitando que se dé la vuelta a la casa sin tener que retroceder. Un detalle curioso que añade un componente dinámico y divertido a todo el conjunto.Por otro lado, también hay que resaltar la sencilla, ligera y práctica decoración que se ha empleado en cada metro de la casa. La mayor parte del mobiliario son piezas de herencia que se han complementado con otros muebles, pero con idéntico estilo para no romper en ningún momento ese efecto de continuidad decorativa presente en cada habitación.El pavimento, el mismo para todos los habitáculos, es otro elemento que contribuye a reforzar esa practicidad y continuidad. Se han elegido baldosas de gres cerámico que simula al barro cocido, ofreciendo muy buenos resultados.La importancia de las telasUna de las estancias más significativas de esta vivienda es el gran salón-comedor. La conjuntada coordinación de tejidos del habitáculo proporciona unas pinceladas de frescor a la agradable atmósfera. De esta manera, el sofá y los sillones aparecen revestidos con unas fundas de loneta, sobre una tapicería en tonos crudos y rayas, que ofrecen mayor resistencia.Para recubrir el suelo se ha elegido una alfombra de fibras naturales, la cual añade un toque más veraniego al habitáculo. La opción elegida para las cortinas viene precedida por materiales ligeros, como la arpillera o el lino, aunque también es una acertada idea sustituir la calidez de las cortinas por la ligereza y elegancia de los estores y visillos, en especial durante los meses de verano.

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