Los peligros de la ‘dieta’ de la bella durmiente.

La premisa es simple: si estás dormido, no puedes comer. Sin embargo, este régimen oculta peligrosas consecuencias.

Aunque se ha utilizado durante décadas, la peligrosa dieta de la bella durmiente se ha puesto de moda gracias a foros virtuales donde personas que dicen practicarla hablan maravillas de sus resultados.  Aunque no es una dieta en sí, pues no te indica nada sobre alimentos, sino mucho tiempo sobre la almohada y tiene lógica: aunque no estés despierto, tu cuerpo sigue necesitando nutrientes así que vas a perder peso.

Pese a los evidentes resultados y a las recomendaciones de quienes la comercializan, entre ellos el doctor Michel Bruce y su libro ‘The Sleep Doctor’s Diet Plan: Lose Weight Through Better Sleep‘, pocos nutriólogos la recomiendan, y existe una razón que lo explica.

La dieta de la bella durmiente, o de la almohada como también se le conoce, cruza fácilmente la línea de lo razonable cuando se sigue en medidas drásticas hasta el punto de usar sedantes durante largos periodos para evitar despertar y sentir la necesidad de comer.

Si bien es cierto que una buena noche de sueño mejora tu salud general y bienestar, algunos asiduos a esta pseudo dieta pueden dormir hasta 20 horas al día mediante pastillas, ocasionando adicciones y hasta sobredosis.

Si a pesar de la obvia insensatez de acudir a medicamentos prescritos que obliguen a tu cuerpo a dormir para perder peso, sigues creyendo que no es una idea tan mala, desengáñate: lo único claro es que si duermes 20 horas al día, no tienes una vida. “La dieta aumenta el aislamiento social y afecta al estado de ánimo, lo que podría desembocar en una depresión”, señala la doctora Tracey Wade, profesora de Psicología de la Universidad de Flinders, pues todo forma parte del mismo círculo vicioso: “La idea de apartarse de la vida y permanecer en la cama podría ser atractivo para aquellos que sufren trastornos alimentarios o depresivos, empeorándolos.”, asegura la especialistas.

Es obvio que no comer adelgaza, pero pronto surgirán otros efectos secundarios a estas irresponsables medidas, como dolores de cabeza, alucinaciones visuales y auditivas, pérdida de equilibrio, deterioro de la capacidad cognitiva, cambios de humor, desarrollo de la depresión y la posterior incapacidad para dormir de manera normal. Por no hablar del efecto rebote como consecuencia del hambre desmedida que sentirás cuando despiertes.

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