¿Qué podría impedir que alcances un orgasmo?

La falta de hidratación o de sueño pueden ser factores que impidan a la mujer llegar al orgasmo

Algunas mujeres sufren por no poder culminar con éxito una relación íntima, es decir, no alcanzan el orgasmo, pero, ¿por qué las mujeres no tienen orgasmos? ¿Qué influye? ¿Qué podría impedir que alcances un orgasmo?

Estar mucho tiempo sentadas. Aunque suene raro, pasar demasiado tiempo sentadas puede afectar más de lo que crees. Según la ciencia los músculos pélvicos están demasiado contraídos por mucho tiempo y los estímulos pueden llegar a reducirse.

Presiones. Cuando la pareja de la mujer la presiona para tener intimidad porque su apetito sexual es diferente, genera ansiedad, sentimiento que bloquea la libido femenina.

Menopausia. Una mujer que está en esta etapa tiene algunos síntomas físicos que la bloquean para disfrutar los encuentros sexuales como la falta de lubricación, por lo que es más difícil que lleguen al orgasmo.

Tratamientos médicos: el orgasmo femenino está estrechamente relacionado con el deseo sexual. Enfermedades como la depresión bajan la libido, y los fármacos con los que se trata, también. Si el deseo sexual es bajo, la capacidad de llegar al orgasmo se reduce. Los medicamentos para la hipertensión o para ciertos estados mentales delicados como el estrés agudo, también pueden producir anorgasmia femenina.

Los tratamientos que llevan hormonas pueden destruir casi en su totalidad el deseo sexual. Por este motivo, ciertos anticonceptivos inhiben la libido, sobre todo aquellos implantados bajo la dermis.

Hidratación. Al parecer el agua es la sustancia mágica que cura todo. El estar deshidratada ocasiona dolores de cabeza, irritabilidad y resequedad, incluso en tu zona íntima, por lo que tomar ocho vasos al agua del día no sólo te ayudará a tener una mejor piel, sino también ayudarás a tu cuerpo a lubricarse correctamente al momento de tener relaciones sexuales.

Consumo de drogas: la sustancia más negativa para las personas en el terreno sexual es el alcohol. Causa disfunción eréctil, y puede producir anorgasmia. Influye en el sistema nervioso central (SNC) y en el sistema nervioso autónomo (SNA), que controla la excitación sexual.

La cocaína a corto plazo aumenta el deseo sexual y da una fuerte sensación de energía, pero si se consume con frecuencia, puede resultar nociva para la respuesta sexual del organismo ante los estímulos. Otras drogas como la marihuana, heroína, LSD, metadona, o la morfina, generan trastornos sexuales muy serios.

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