Lucía Etxebarria, escritora

Lucía Etxebarria, escritora

Lucía Etxebarria, escritora

Exige ambiente libre de humos -es asmática-, tres preguntas como mínimo sobre su último libro y ver por anticipado un par de entrevistas ya publicadas para calibrar el tono de la conversación. «Me dan pánico. Soy muy tímida», se justifica. En las distancias largas, como en las cortas, la escritora Lucía Etxebarria seduce o repele.No hay mulato. ¿O sí?
-Ahí voy. Tiene fama de ser la tía más borde de las letras españolas. ¿Lo ha sudado?
-Sé de alguna peor, ja, ja. Yo soy una persona cariñosísima y muy dulce, pero en entornos hostiles la única defensa es el ataque.
-Y de salvaje, provocadora, huraña, controvertida, caótica… ¿Sigo?-Todo eso está en los ojos del que mira, como la portada de “El Jueves”. Yo vivo más en Francia que en España y allí no se me ponen calificativos así. Aquí la escritora soltera es una cosa rara.
-Y para algunos también, de plagiadora.
-En los dos casos que ha habido sentencia se ha fallado a mi favor. Lo que me alucina es que los medios no lo cuenten.-Su melena, ¿es algo así cómo el útero al feto?
-No. Es más barato llevarlo así.-Su conciencia, ¿tiene gusano o está serena?
-Estas preguntas tan filosóficas… No me siento capaz.
-Hábleme entonces de Allegra, su hija.
-Es la persona que más me ha querido en el mundo. Y con tres años, me lo dice todos los días.-Leí que su vocación de escritora nació en un episodio depresivo. ¿Quiere hablar de ello?
-No nace en un episodio depresivo, pero los he tenido y he salido de ellos sin medicación. Hago terapia Gestalt que, a diferencia de otras, no te considera un enfermo, sino una persona que en un momento busca apoyo.
-Cuando se mira al espejo, ¿ve una bermeana, una valenciana o una vecina de Lavapiés?
-Veo una persona distinta según la hora.
-¿Vive a gusto entre marroquíes, chinos y subsaharianos, muchos de ellos sin papeles, que han colonizado el barrio madrileño?
-Sí, bueno. Los senegaleses son la gente más amable del mundo. Es la cultura de la tranquilidad. Marroquíes conozco muchos porque veraneo allí. Es el miedo al otro el que genera prejuicios, y apenas nos diferenciamos.-Todos ellos y muchos más le han servido para dar a luz “Cosmofobia”, su último libro. ¿Sus filias van en envase de viaje?
-No. Mis filias son los niños, la cocina, la música, la naturaleza y la literatura. Sé que voy a morir y aprovecho la vida.
-¿Siempre ha estado buscando o siempre ha estado perdida?
-Buscando.-¿El qué?
-Amor.-¿Y cómo se las arregla para hacer compatibles feminismo y pornografía?
-Yo no hago pornografía. Y si la hago, es a nivel privado. Ahora bien, me llevo muy bien con Nacho Vidal. Lo conocí en Benicassim y me pareció un personaje tierno, vulnerable y desesperadamente necesitado de amor. Y es una estrella del porno duro. El mundo está lleno de contradicciones.
-¿Ha pensado dos veces en la muerte?
-Sólo le tengo miedo desde que tengo una hija. Pero siempre he pensado en entierros bonitos. Yo quiero uno con espirituales negros, una banda de Nueva Orleans, todos vestidos de blanco y que se lo pasen muy bien.-¿Y en meterse en una talla 38?
-Ya la tuve cuando tocaba. Tenerla a los cuarenta me parece absurdo. Además, no quiero ser una mujer guapísima. Tienen muchos problemas. La brillante medianía es el estado ideal. No te juzgan como a un objeto pero tienes armas para seducir.
-«El amor en la vida del hombre es un capítulo. En la mujer es toda la existencia». ¿Opina bien de Lord Byron?
-El ser humano está necesitado de amor. A los hombres no se les enseña a pedirlo ni a exteriorizarlo. En el caso del hombre vasco es peor aún. Y eso se traduce en ira.
-«En su primera pasión la mujer ama a su amado. En todas las demás sólo ama al amor». ¿Se pasó de listo el poeta?
-Lord Byron era un señor gay liado con su hermana. Creo que no tenía mucha experiencia para hablar de estas cosas, ja, ja.-¿Ha vuelto a que le echen las cartas?
-Sííí. Millones de veces. ¿Pero no aciertan en la puta vida!-¿Qué quiere escuchar?
-Por desgracia, los que hemos sido educados en tradiciones católicas y luego las hemos abandonado seguimos deseando de manera irracional que un ente superior decida por ti.-Ya. Al final, ¿se casan?
-En mi caso no, ja, ja.

 

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