Descubre qué hacer para ayudar a tus hijos con su terror por la oscuridad

La oscuridad es algo que en ocasiones oculta grandes temores en los niños; a veces incluso se niegan a dormir solos en su habitación o con las luces apagadas.

Según algunos especialistas, las pesadillas generadas por el miedo a la oscuridad suelen afectar a niños de tres a seis años y generalmente desaparecen alrededor de los nueve.

Estos terribles sueños suelen producirse durante el último tercio de la noche, los niños se despiertan y son capaces de recordar y contar sobre lo que soñaron.

Otro trastorno del sueño que puede afectar a los pequeños son los terrores nocturnos; estos suelen afectar a niños de entre tres y cuatro años, aunque en menor medida hasta los seis.

Estos suelen aparecer a primeras horas de la noche y van acompañados de sudor, gritos, llanto y mucha angustia; pero al contrario de las pesadillas, cuando despierta no recuerda nada de lo que le ha causado miedo.

Estos problemas pueden generar resistencia en los niños a la hora de ir a la cama y recurren a todo tipo de excusas con tal de no hacerlo.

Otra cosa que puede ocurrir es que los menores se despierten a lo largo de la noche para reclamar la presencia protectora de sus padres o algún mayor en quien confíen, hasta que logren conciliar el sueño nuevamente.

La falta de sueño y descanso vuelve a los niños irritables e inseguros;a la larga podrían tener dificultades para relacionarse con los demás o afectar su desempeño en la escuela.

Esto también afecta la vida de los padres, pues por estar pendiente de sus hijos o permitirles dormir en su cama, su energía durante el día disminuye.

Muchos pediatras y psicólogos no aconsejan dormir con los niños, pues indican que esto podría acostumbrarlos y no es beneficioso para que supere sus miedos por sí mismos.

También hay expertos que recomiendan no ignorar la petición de protección de los niños por las noches, recomendando acudir a sus llamados y ayudarles a tranquilizarlos.

¿Cómo terminar con las pesadillas y terrores nocturnos?

En algunos casos solo se trata de una etapa que tarde o temprano debería desaparecer; para acelerar el proceso, o no sufrir tanto durante él, estos consejos podrían ayudarte a apoyar a tu pequeño.

La visión cómica o tierna de muchos monstruos en algunas películas de animación podría ayudar a que muchos niños dejen de verlos tan aterradores.

Se recomienda evitar historias donde se relacione a los malos con la oscuridad y las bromas y amenazas que incluyan monstruos o personas malévolas; por ejemplo el coco o el ropavejero. Recurrir al miedo para controlar a los niños podría fomentar el desarrollo de fobias y ansiedades.

Para luchar contra la resistencia del pequeño a dormir, es bueno establecer hábitos para repetir cada día y que le brinden seguridad; podría ser algo como beber un vaso de leche, ponerse la pijama, leer un cuento o dormir con su muñeco favorito.

Si sus miedos nacen de su gran imaginación puedes servirte de la misma para para guiar sus pensamientos hacia otra dirección. Puedes convencerlo de que su peluche posee poderes ocultos que lo defenderán o explicarle que cuando sueña él mismo puede convertirse en un superhéroe.

Normalmente estas conductas no son motivos de alerta, pero si pasa el tiempo y en lugar de disminuir, notas que los miedos o ataques se intensifican o duran más tiempo lo mejor es consultar con su pediatra.

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