El enemigo está en casa

El enemigo está en casa

Aunque resulte sorprendente, los accidentes domésticos son, tras los de circulación, la causa más frecuente de muerte en niños y ancianos. Los riesgos se pueden reducir fácilmente.Los traumatismos, las quemaduras o las intoxicaciones y asfixia son causantes de más de la mitad de las muertes de niños y jóvenes hasta los veinticuatro años. Pero, además, los accidentes provocan un gran número de secuelas que no está cuantificado.Existen dos grupos de riesgo hacia quienes deben ir dirigidas, con una atención especial, las medidas preventivas en el hogar: niños y ancianos, es decir, aquellos que están en las edades extremas de la vida.En los niños, los principales peligros que se deben evitar son la asfixia por cuerpo extraño, las quemaduras, las intoxicaciones y el ahogamiento, dada su gran afición a experimentar y llevarse cualquier objeto a la boca.El anciano, al estar más condicionado físicamente, está más expuesto a todo tipo de caídas.Estas son algunas de las medidas que conviene tomar ante las diferentes zonas de peligro potencial.EN EL BAÑO:# No dejar a los niños solos ni un minuto.# No situar allí el botiquín, y colocarlo siempre en lugar seco y elevado que esté fuera del alcance de la curiosidad infantil.# Colocar un suelo antideslizante, así como una alfombrilla especial que no se pueda deslizar.LA COCINA, EL SALÓN Y EL DORMITORIO# Poner puertas o barandillas de seguridad para evitar la entrada de los pequeños.# No dejar cacerolas o sartenes con mangos que sobresalgan.# Secar las manos antes de usar, encender o desconectar cualquier aparato eléctrico.# Usar guantes para manejar los productos químicos, que siempre deben estar almacenados en un lugar elevado y seguro.# No verter sustancias limpiadoras en otro recipiente que no sea el original, es muy fácil que alguien se equivoque y beba el líquido.# Revisar periódicamente salidas de humos, gases de calentadores y hornos.# Instalar detectores de humo y un extintor de fuego.# Limpiar la chimenea con regularidad y no dejar nunca a un niño cerca de una estufa o una chimenea encendida. Es conveniente poner una rejilla de protección.# No secar la ropa cerca de estufas o chimeneas.# Utilizar pastillas especiales para encender la chimenea y nunca ayudarse de un líquido inflamable.# Tapar las clavijas de los enchufes si hay niños pequeños en casa.# No fumar en la cama, pues puede quedarse dormido.Lola Fernández

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