¿Cómo se puede vivir después del cáncer de mama?

Un estudio señala las secuelas que esta enfermedad deja en las mujeres. Un estudio señala las secuelas que esta enfermedad deja en las mujeres

Cuando superas cualquier enfermedad, por más simple que sea esta, siempre sigue la vida. La supervivencia a cinco años del cáncer de mama es superior al 85%; en el caso del tumor de colon es hasta del 90%; y así con diversas enfermedades. Sin embargo, se habla muy poco de lo que pasa después de pasar por todo el proceso de recuperación.

 

¿Cómo vive una sobreviviente de cáncer de mama después de que recibe el alta médica?

Un estudio realizado en el Hospital Sant Pau de Barcelona inició a dar análisis al impacto socioeconómico del cáncer de mama en supervivientes jóvenes.

Los primeros resultados dieron como resultado que entre el 60% y el 70% de la muestra que fue analizada presenta afectaciones en la funcionalidad física, emocional o cognitiva.

Es más, desde el momento es que la persona recibe el diagnóstico, ya existe un fuerte impacto psicológico.

A pesar del alto rango de mujeres que se llegan a recuperar del cáncer de mama, aún sigue siendo la primera causa de muerte entre las mujeres occidentales.

El estudio del Sant Pau es un preludio de lo que se espera realizar con otros siete hospitales europeos y pone sobre la mesa, algo que muchos médicos ya suponían, el hecho de que las mujeres que visitan el hospital para ser atendidas por este mal, no solo se encuentran afectadas físicamente, sino también emocionalmente.

Los investigadores tomaron una muestra de 175 mujeres del conjunto de pacientes que fueron atendidas por esta patología en Sant Pau y llegaron a la conclusión de que el 67% de ellas presentan un impacto en su calidad de vida: el 83% arrastra secuelas físicas, el 68% emocionales, el 73% cognitivas y el 79% afectaciones sociales después del tratamiento. El 76% no puede desempeñar sus roles habituales con normalidad.

Como se puede ver en los resultados obtenidos, muchas de las mujeres atendidas sufren un cambio radical en su entorno; un entorno, que como ellas, ya se habían acostumbrado a la enfermedad.

El 20% de las mujeres no tienen una vida sexual activa por las secuelas físicas y emocionales, mismo caso con el 46% de las que no consiguen regresar al ámbito laboral.

Una enfermedad silenciosa, mortal, trágica…pero curable. Aunque esa cura, sigue siendo una carga para las sobrevivientes.