`Superwoman´

`Superwoman´

La mujer cambia con la maternidad. Al principio, y durante el tiempo que lleva "maternar" al bebé, la relación madre-hijo demanda a la mujer gran parte de sus energías físicas y psíquicas. Además, ser madre implica la capacidad de amar al hijo y ser también generosa para dejar al niño que vaya iniciando su propio vuelo poco a poco.La historia emocional de la mujer determinará su capacidad para contener y proteger a su bebé, pero influirá sobre todo en la forma que tenga de quererle. Durante los primeros meses de maternidad, que son fundamentales en la vida del bebé, las mujeres se ven muchas veces angustiadas no sólo por sus dificultades internas, sino también por las presiones externas que, desde algunos ámbitos laborales, siguen existiendo por haber tenido hijos.La mujer tiene más de un amor en la vida. Cuando elige quedarse embarazada, comienza a vivir uno de ellos, que consiste en esperar a que su hijo vaya separándose de ella. Freud aludía al amor de la madre para dar cuenta de una cualidad indispensable del amor: el respeto a la vida del otro. El hecho de que la madre dirija sus deseos a algo o a alguien diferente de su hijo, es decir, que cultive su faceta de mujer, permite al niño diferenciarse de ella. Quien mejor ayuda a que el hijo se discrimine adecuadamente de la madre es el padre. Éste tendría que acompañarles durante los primeros meses, protegiéndoles y siendo consciente de que su labor es muy importante. En estos momentos le toca ser generoso y dar apoyo.Cuando pase un poco de tiempo, es a la madre a la que le toca ir separándose del hijo y volver a retomar el lugar de mujer junto a su pareja, en su trabajo y en los demás aspectos de su vida. La mujer que es capaz de poner sus energías sobre otros intereses (pareja, trabajo, casa, amigos, aficiones, intereses sociales, etc.), además de sobre sus hijos, es la madre más adecuada para ejercer su labor, pues les dejará más libres para crecer y madurar internamente.Culturalmente, las conquistas que las mujeres han realizado benefician a sus hijos. La mujer, al sentirse más a gusto consigo misma, puede ejercer mejor la maternidad.

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