Las emociones y el calor

Las emociones y el calor

El calor promueve en nuestro cuerpo y mente todo tipo de afectos y sensaciones. Nos aviva el organismo y el estado de ánimo y puede provocar alegría y bienestar, pero también estrés, irritación, agresividad, insomnio y dificultad para concentrarnos. Los cambios que realizamos en la vida para crecer están casi siempre acompañados de un calor humano necesario para enfrentar la nueva etapa. Sólo si disponemos de la energía vital precisa podemos aceptar tales cambios. La llegada del buen tiempo también nos impone un cambio en la vida cotidiana, que requiere un esfuerzo. Nos pide que vayamos más despacio en un mundo apresurado.En nuestras mentes asociamos el calor a todo tipo de pasiones, comparamos el amor con un fuego que arde ciegamente y después se va apagando. Al amor le va la buena temperatura. El calor que sentimos y la intensidad de las emociones se ven favorecidos por todos los estímulos placenteros que recibimos. Los cuerpos quedan más al descubierto, expuestos a las miradas y se convierten en receptores de los placeres que proporcionan el sol y el agua.Las temperaturas altas afectan al ánimo, pero si nuestras energías mentales se encuentran en buen estado, podremos enfrentar bien el cambio y disfrutar del verano.

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