¿Realmente existe el instinto materno?

El instinto materno es una de las cosas más ambiguas del planeta. Algunas mujeres lo plantean como si fuera el efecto de un piquete de mosco que, así de la nada se implanta en la cabeza. Dicen que un buen día se les “despertó” el instinto materno y decidieron embarazarse. Otras dicen que lo sintieron después de embarazarse, justo cuando su bebé ya estaba con ellas. ¿A quién le creemos?

Una de las teorías que defienden el instinto materno dicen que las mujeres sienten lo mismo que las hembras en el reino animal cuando son madres, ya que es parte de la genética femenina. Además asegura que la predisposición animal que tenemos nos prepara para ser “buenas madres”. De hecho la palabra “instinto” está relacionada directamente con la naturaleza. Es algo que no se puede alterar.

Por supuesto que hay quienes piensan que todo es parte de una construcción social que nos implantan desde que somos unas niñas; cuando nuestro primer juguete es un muñeco bebé que hay que atender. A esa idea la refuerza el hecho de que a las mujeres siempre se les ha dicho que ser madre es un hecho que le da sentido a su existencia.

Entonces también es normal que aquellas a las que simplemente no se les ha “despertado” el instinto materno, y se acercan a una edad poco reproductiva se sientan segregadas de sus círculos sociales. Acuérdate del “¿Y tú para cuándo?” de las tías en las comidas familiares.

A veces olvidamos que los seres humanos, en especial las mujeres no somos biología únicamente, sino también somos personas sociales. Así como lo planteó en su momento la escritora Simone de Beauvoir al cuestionar la naturalidad de las conductas maternales separándolas precisamente en biológicas y sociales. La Biología dice que sólo una mujer puede gestar a otro ser humano, mientras la parte social nos dice que estamos en todo nuestro derecho de desear o rechazar ser madres.

Así que no te sientas mal si eres de aquellas mujeres que desean con todo su corazón ser madres. Y de igual forma, si eres de las mujeres que ya decidieron no serlo, tampoco tienes porque sentir ningún tipo de remordimiento.

 

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