¿Por qué nos engañamos a nosotras mismas?

¿Por qué nos engañamos a nosotras mismas?

"Pero, ¿cómo no se da cuenta? No me puedo creer que todavía piense que va a volver con ella", le dice María a Cristina, refiriéndose a Esther, una amiga de ambas. Y continúa hablando un poco indignada: "Es el colmo. La deja por su ex, de la que siempre ha estado enganchado, y Esther todavía dice que "pobrecito, que está confuso, que lo hace por su hijo, que seguro que vuelve como la última vez…"."Le está tomando el pelo y ella, encima, le justifica. Está más claro que el agua que se ha cansado de ella y vuelve a casa con su esposa, para buscarse otra amante cuando se aburra de nuevo. ¿Por qué una mujer inteligente como ella es tan tonta con él?".Poco después de esta conversación, María habla con Esther y le aconseja que acuda a una psicoterapia para intentar entender lo que le está pasando.Esther, que comienza a deprimirse, acepta, pero lo primero que dice al entrar en la consulta es: "No me puedo creer lo que me está pasando, no sé qué hago aquí, si tampoco estoy tan deprimida, si a mí no me pasa nada ni siquiera he pensado en suicidarme…".¿Por qué nos autoengañamos? Te damos las respuestas.NEGAR LO EVIDENTETantas negaciones ocultan, y a la vez muestran, las dificultades que Esther tiene para aceptar lo que le ocurre. Negar algo que nos afecta sentimentalmente es, desde el punto de vista psicológico, una forma de rechazarlo en el plano intelectual por el miedo a no ser capaces de dominarlo a nivel emocional.Sin embargo, es, al mismo tiempo, una forma de nombrarlo. Por eso, y pese a estas resistencias iniciales, Esther comenzó pronto a entender qué le ocurría.En el tratamiento descubrió por qué se había pasado toda la vida negando que los hombres no se comprometían con ella. En principio, ella escogía a hombres casados o con pareja; le gustaban mayores y comprometidos con otra.Atribuía este tipo de elección a la mala suerte, sin reconocer la importancia que tenían sus deseos inconscientes en esta decisión, que la colocaba siempre en el lugar de la amante.Esther no se creía con derecho a ser la única mujer de un hombre y, de esta forma, se identificaba con su madre, que siempre había compartido a su padre con otras mujeres.Ella, a diferencia de su progenitora, prefería situarse a sí misma en el lugar de la amante, es decir, el de la mujer deseada por su padre, un hombre muy seductor, pero con muchos problemas psicológicos.Pero, por otro lado, elegir ese lugar la llevaba a culpabilizarse. Y esa culpa era la que le hacía entender, e incluso compadecer, a quien la abandonaba, que al fin y al cabo regresaba con su mujer.Esther era, pues, víctima de un entramado de deseos y culpas inconscientes que le impedían establecer relaciones duraderas.DESCONOCIMIENTO PROPIO¿Quién no conoce al alguien que se niega a aceptar sus problemas, por evidentes que sean? ¿Por qué no se acepta la realidad del otro? ¿Qué consecuencias tiene? Negarse a ver que una persona no va a responder como yo espero, que sus intereses son diferentes a los míos, no sólo es negar las características del otro, sino también supone desconocer las propias.Por lo general, la negación persigue evitar un malestar, pero lo hace de la forma equivocada. Se trata de una actitud que corresponde a un psiquismo infantil, que carece de recursos para enfrentarse a las dificultades de la vida.El niño pequeño es exigente porque no sabe esperar, no tiene recursos para ello y todavía no puede dominar sus impulsos para ir aceptando el principio de realidad que pone límites a sus deseos.Se puede negar la realidad externa cuando no conviene a nuestros intereses, pero también se puede llegar a negar la realidad interna cuando desconocemos los conflictos que habitan en nuestro inconsciente.LAS CLAVESHay muchos aspectos de la vida en los que no se quiere ver lo que ocurre. La negación está al servicio de controlar lo que se teme aceptar. Estos son algunos terrenos donde se utiliza.EN EL AMOR. El dolor de sentirnos no queridos y la dependencia del otro nos lleva a ignorar sus intereses cuando no se ajustan a los nuestros.EN LA FAMILIA. En ella se mueven muchos afectos y algunos se niegan porque producen culpa. Aceptarla como realmente es da mucha tranquilidad.EN EL COLEGIO. El acoso escolar se produce porque los adultos se niegan a ver a los violentos. Quizá carecen de reglas para poner las sanciones que impidan a los acosadores quedar impunes.EN EL TRABAJO. El acosado no se cree con derecho a poner límites al que le intimida.EN LA ENFERMEDAD. El psicótico niega la realidad e inventa otra. Así demuestra la dificultad que tiene para vivir reconociendo las diferencias con los que le rodean.

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