Posturas sexuales

Posturas sexuales

Misionero
Es la postura clásica y universal, pero no por eso aburrida o poco excitante. La movilidad de las manos, la cercanía de los rostros y la comodidad de los cuerpos son las mayores ventajas de esta postura. Para disfrutar más: que ella toque los glúteos y el ano de su compañero, que él frote el clítoris de la mujer o que ella misma lo haga, que las piernas de ambos estén más cerradas para sentir cierta dificultad en la penetración…. Anímate y sácale el jugo a sus ventajas.

El arco
En esta postura la mujer está acostada boca arriba con las piernas abiertas y flexionadas, apoyando sus brazos detrás de los hombros. Cuando su compañero la penetra, sube sus caderas y se posa sobre las piernas flexionadas del compañero. El placer que ella recibe se centra en la penetración profunda y en sentir toda la zona vaginal y abdominal envuelta de la piel del hombre. Puede que esta postura te parezca cansada pero compensa por el placer obtenido?

Mujer dominante
Es ideal para las mujeres a las que les cuesta llegar al orgasmo y necesitan una estimulación directa del clítoris y los labios vaginales. El hombre puede tocar los glúteos de su compañera, meter sus dedos en el ano de ella y atraerla hacia su cuerpo con fuerza tomándola de las nalgas.

Profundidad
Con las piernas elevadas y abiertas, ella espera a que su compañero introduzca el pene en su vagina y coloca sus piernas en los hombros de él. A muchas mujeres puede parecerles complicada esta postura, pero vale la pena probarla porque ofrece la penetración absoluta y un contacto genital especial: los testículos se posan entre los glúteos y el clítoris se encuentra presionado por la abertura de las piernas.

Deleite
Para conseguir esta postura, ella se tiene que arrimar al borde de la cama o de una silla. El se arrodilla para dejar su pene a la misma altura que la vagina de ella, que puede echar su cuerpo un poco para atrás en una sutil relajación. Al mismo tiempo, el cuerpo de él es envuelto por las piernas de ella mientras se ocupa de marcar el ritmo de la penetración.

Butaca
Se trata de una postura sensual y diferente. Él se debe sentar con las piernas abiertas, ella se coloca encima de él que le ayudará con la penetración y ambos controlarán el ritmo y la intensidad. El hombre puede tocar el clítoris de ella al tiempo que la sostiene de la cintura con fuerza.

Abrazo
La pareja está de pie, desnuda frente a frente. Ella tiene que abrazar su cuerpo con las piernas. Él toma a la mujer de los glúteos y la atrae a su cuerpo para penetrarla. Se trata de un sexo pasional y creativo, donde el contacto corporal es muy completo.

Sorpresa
Esta postura es ideal para los que les guste el sexo más salvaje. El hombre, de pie, toma a la mujer por detrás y la penetra tomándola de la cintura. Para ella, el placer se concentra en el ángulo de abertura de la vagina que, al ser limitado, provoca una sensación de estrechez muy placentera para muchas mujeres. Para él, la sensación más poderosa se expande desde el glande, que entra y sale de la abertura vaginal a su antojo y acaricia el clítoris. La dominación que él ejerce y la relajación total de ella pueden favorecer el jugueteo del hombre con el ano de ella: introducir un dedo durante el coito puede ser enormemente excitante.

Carretilla
Al borde de la cama y con los antebrazos apoyados, la mujer se pone en la posición de la carretilla. El hombre, detrás de ella la coge por las piernas y la penetra de pie. El estímulo y el placer se concentran en los genitales de ambos, pero es el hombre quien lleva el ritmo atrayendo el cuerpo de ella hacia el suyo.

Trapecio
Ésta es una postura arriesgada para los más osados. El hombre se sienta con las piernas abiertas y su compañera (ya penetrada) arriba de él. Tomándola de las muñecas, ella se va relajando hacia atrás hasta caer por completo: debe estar súper relajada y confiar en su pareja que la atrae a su cuerpo con sus brazos provocando la embestida necesaria para el coito.

Tornillo
Ella se acuesta en el borde de la cama y tiende sus piernas flexionadas a un costado de su cuerpo. Esto permite mantener el clítoris atrapado los labios vaginales. La mujer puede contraer y relajar toda la zona, mientras él la penetra arrodillado frente a ella.

Fusión
Para esta postura, el hombre se sienta echando su cuerpo levemente hacia. La mujer, asumiendo el rol activo de la ocasión, pasa sus piernas por encima de su compañero y apoya sus brazos atrás del cuerpo. La estimulación previa debe ser intensa, ya que durante la penetración esta postura impide el acercamiento manual y el contacto de las bocas. La mujer marca el ritmo o se pacta un encuentro pene-vagina con un movimiento de ambos hacia el centro.

Somnolienta
La mujer se tiende de costado y el hombre se ubica en su espalda para penetrarla. Ella estira una pierna hacia atrás y la enrosca en la cintura de él. Es ideal para hombres dotados y mujeres flexibles, con esta postura él tiene cómodo acceso al clítoris y los pechos de su compañera.

Hamaca

El hombre está sentado con las piernas flexionadas y recibe a la mujer que se hace penetrar acomodándose en el espacio que queda entre las piernas de él y su tronco. Él presiona con las rodillas el cuerpo de su compañera, la atrae hacia el suyo provocando el vaivén de ambos mientras le besa los pechos que están a la altura de su rostro.

Posturas sexuales II

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