El año de Chopin en Varsovia

El año de Chopin en Varsovia

Varsovia celebra en 2010 el bicentenario del nacimiento de Frederic Chopin, uno de los grandes símbolos nacionales polacos. El aniversario del célebre compositor es una magnífica excusa para visitar a orillas del Vístula esta ciudad devastada en la II Guerra Mundial y recuperada con tanta fidelidad que fue incluida en la lista mundial del Patrimonio Cultural y Natural de la UNESCO.Ruinas, escombros, una ciudad desolada, borrada del mapa… Eso era Varsovia, el "París de la Europa Central" en los años veinte y treinta, tras la barbarie nazi. Pero la capital polaca renació, sus ciudadanos levantaron la ciudad de sus cenizas y reconstruyeron su bellísimo casco antiguo que hoy, siendo una copia exacta, sigue admirando a sus visitantes.2010 ha traído un aliciente más para visitar Varsovia: la celebración del 200 aniversario del nacimiento de Fryderyk Chopin. Polaco de corazón, y gracias a su talento ciudadano del mundo, el compositor pasó en esta ciudad los veinte primeros años de su vida. La casa natal del compositor y el museo que lleva su nombre son las dos principales apuestas del "año de Chopin". En el museo, localizado en el Palacio Ostrogski, se encuentra la mayor colección de recuerdos del compositor.Además del nuevo museo se pueden visitar también en la ciudad el Saloncito de Chopin, hoy situado en la Academia de Bellas Artes, que pertenecía a la casa donde el compositor vivió entre 1827 y 1830 antes de abandonar Varsovia en dirección a Viena y París, y el famoso monumento erigido en su memoria en el Parque Real de Lazienki.En la Calle Real, muy cerca de la estatua dedicada a Nicolás Copérnico y de otros edificios históricos como la Universidad de Varsovia o el Palacio Presidencial, la Iglesia de la Visitación recuerda que fue bajo sus muros donde Chopin tocaba el órgano durante las misas que se oficiaban en el templo en domingos y días festivos.Tomando la calle Switojanska se llega a la Plaza del Mercado. Atrás habremos dejado la Catedral de San Juan, el templo más cercano a este auténtico corazón de la ciudad con sus casas vecinales (s. XVII y XVIII), sus terrazas y el Monumento a la Sirena, situado en el centro del recinto, que forma parte del escudo de la ciudad desde el siglo XIV. En una de las esquinas de la Plaza se encuentra el Museo Histórico, con más de 60 salas aunque lo más recomendable es ver una histórica película sobre la destrucción de Varsovia en la Gran Guerra.El recuerdo judío también sigue vivo en las calles de Varsovia, aunque del gueto que albergó a más de 350.000 judíos no queda nada pues en sus terrenos se construyó una nueva zona de inspiración socialista. Sí permanece el recuerdo del lugar (Umschiagplatz) desde donde se deportaba a los judíos hasta el campo de exterminio de Trebinka y el más reciente Monumento a Los Héroes del Gueto (1948) que plasma, en la cara oeste, el horror de las familias que ya conocían su fatal destino ("La marcha hacia el exterminio") y en la cara este, los "muertos en vida" sin pupilas que representa el combate de los habitantes del gueto ("Lucha").De la etapa socialista permanece otro gran icono de la ciudad: el Palacio de la Cultura y de la Ciencia. Sigue siendo el edificio más alto de Varsovia (234,5 m.), aunque ahora está "escoltado" por otros rascacielos próximos, casi todos ellos centros comerciales, que denotan el gran cambio que ha experimentado la capital polaca en los últimos tiempos.

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