El encanto de Cracovia

El encanto de Cracovia

Cracovia, situada muy cerca de las fronteras checa y eslovaca, fue un enclave vital en las rutas comerciales europeas, de norte a sur y de este a oeste, y sobre todo la capital de un reino pujante hasta el siglo XVII en el que fue desbancada por Varsovia. Hoy, Cracovia es la capital espiritual del país y quizás la ciudad polaca con más sentimiento europeo. La belleza y la clase de esta ciudad regada por el río Vístula se palpa en su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978.Cracovia sigue rezumando esa magia intelectual, llena de encanto en su casco antiguo. No hay más que admirar sus hermosas iglesias, 17 en la vieja ciudad, que atraen al visitante tanto por su aspecto exterior como sus recargados interiores. Templos de un largo recorrido histórico pues fue aquí en Cracovia donde, por ejemplo, Karol Wojtyla se ordenó sacerdote casi clandestinamente en la capilla privada del Arzobispado y dio sus primeros sermones en la Basílica de Nuestra Señora, famosa por su altar de Wit Stoss, en la misma Plaza del Mercado. Años después, en sus habituales viajes pastorales a esta ciudad, el Papa Juan Pablo II visitaba su casa en el número 19 de la calle Kanonicza recordando sus años de Obispo de Cracovia. La vivienda se encuentra en una vía muy bella y sin apenas comercios, muy próxima a la colina de Wawel, el gran símbolo del poder real. En esta colina, presidida por la Catedral, el lugar de las coronaciones y las tumbas donde yacen los reyes de Polonia, Karol Wojtyla celebró su primera misa en 1946. En la cripta de San Leonardo.La puerta más espectacular es la de San Florian, de la vieja y segura muralla que protegía Cracovia, el camino conduce a la plaza del Mercado ("Rynek Glowny"), la plaza más grande de la Europa medieval, que ha conservado los puestos de su Lonja de Paños, la torre del Ayuntamiento, las iglesias de Santa María, donde cada hora se puede escuchar en directo un toque de trompeta patriótico ("hejnal") que se efectúa las veinticuatro horas del día, y San Adalberto, y las casas mansiones que rodean este escenario único en Europa.La visita a este casco invita a un paseo por el Camino Real en dirección a la Barbacana, que formaba parte de la muralla defensiva, parando antes en "La madriguera de Michalik". Este cabaret de finales del siglo XIX sigue siendo centro de reunión para turistas y cracovianos, y está muy cerca de la obra pictórica más importante que guarda Cracovia: La dama del Armiño, el famoso cuadro de Leonardo da Vinci, expuesto en el Museo de los Czartoryski.

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