Rio Tinto. Minas con solera

Rio Tinto. Minas con solera

Seguramente son las minas más antiguas del mundo. Hace 5.000 años ya había aquí mineros que destripaban la montaña en busca de riquezas. El río, que era navegable según nos cuenta Avieno, "llevaba el rico metal de las minas de Tarsis hasta las mismas murallas de Tartesos". Por aquí pasaron también fenicios, cartaginenses, romanos, godos, árabes… Todos, sucesivamente, fueron agrandando estos enormes cráteres, las minas al aire libre más grandes del mundo.En su época de esplendor, finales del XIX, cuando aquí regía la Río Tinto Company Limited, llegaron a trabajar en las explotaciones casi 20.000 hombres y se manejaban más de cien locomotoras. En 1954 las minas pasaron a manos españolas, y en 1984 dejó de funcionar el último tren que transportaba el material a la ciudad de Huelva.Lo que en un principio fue bosque mediterráneo es ahora un paisaje increíble con aguas tintadas que van desde el rojo intenso al amarillo pálido. Es un paisaje que parece sacado de una escena de ciencia ficción con constantes y enormes cortes de terreno.Parque MineroPara dar a conocer estos paisajes la Fundación Río Tinto ha creado un original Parque Minero único de sus características. Entre los premios recibidos destaca el Nacional Henry Ford en 1998, el Andalucía-Europa en 2001 y el Europa Nostra en 2003. En 1992 se abría en un antiguo hospital el Museo Minero. En él se puede contemplar la historia de la explotación desde los remotos tiempos de los tartesos hasta principios de la era industrial. Guarda en su interior desde piezas arqueológicas de diferentes periodos hasta una reproducción de una mina romana. Pero lo que más llama la atención a los visitantes y estudiosos son las antiguas máquinas de vapor y el llamado "vagón del maharajá", construido en 1892 para un viaje que la Reina Victoria de Inglaterra iba a hacer a la India, y traído a Riotinto con ocasión de la visita del Rey Alfonso XIII; aquí se quedó para transportar a Huelva a los antiguos directivos de la empresa. Construido en madera de caoba con dos departamentos (caballeros y señoras) y aseos con agua fría y caliente, está considerado como el vagón de pasajeros más lujoso del mundo en vía estrecha.Otras curiosidades custodiadas en el Parque son el barrio victoriano de Bella Vista, construido en el último tercio del siglo XIX con una de sus casas perfectamente rehabilitada y convertida en museo, para que podamos contemplar de cerca un estilo de vida, y otras mansiones transformadas en hoteles que conservan el encanto de lo antiguo.De entre las numerosas minas del lugar, la más visitada es la Peña del Hierro, una enorme excavación a cielo abierto a 10 kilómetros del pueblo. En las antiguas instalaciones mineras el visitante podrá adentrarse por una galería de 200 metros que desemboca en un mirador sobre un lago de aguas rojas de la Corta de Peña de Hierro, que ya fue explotada por los romanos.Cerca queda el nacimiento del Río Tinto, donde en la actualidad los científicos de la NASA llevan a cabo diversos experimentos del proyecto Marte. Las peculiaridades del agua y la posibilidad de que se dé vida en un ambiente tan extremo y cargado de mineral, permiten encontrar ejemplos de situaciones que pueden darse en el planeta rojo, al que se pretende llegar en las próximas décadas. Y cerca queda, también, la Casa de Máquinas, que sirve de centro de acogida y donde se puede recorrer una de las galerías.Pero lo que más llama la atención a quien se acerque hasta aquí, es el recorrido en tren minero por la vieja vía férrea que llevaba el mineral a Huelva. Son doce kilómetros a bordo de los antiguos vagones a lo largo del cauce del río y la visión sorprendente y a ratos inquietante de sus aguas teñidas de rojo y amarillo, viendo pasar las antiguas minas y estaciones. Y al descender del tren, como broche final, el espectacular escenario del río y sus fantásticos matices metálicos.

minasriotinto