Diferencias entre el cerebro masculino y femenino ¿existen?

Habemos padres que no nos limita el hecho de que nuestros hijos sean niños o niñas para jugar con cualquier tipo de juguete.

Aunque a las niñas les prestemos cochecitos y a los niños muñecas la mayoría de las veces las niñas preferirán las muñecas y los niños sus cochecitos, trenes o cualquier medio de transporte.

La gran mayoría de los comportamientos de los niños son aprendidos, pero las diferencias entre niños y niñas van más allá de lo que aprenden en casa. Expertos mantienen la hipótesis de que el desarrollo del cerebro es diferente incluso desde antes de nacer haciendo de niños y niñas seres muy distintos.

Se sabe que existen diferencias físicas en los cerebros de niñas y niños en la media en que crecen nos damos cuenta de esas diferencias pero lo que no se sabe es qué tanto afectan en sus conductas y personalidades.

Algunos científicos creen que existe algún área en el cerebro, que aún no se ha identificado, que impulsa a los niños a ser atraídos por objetos que se mueven como los cochecitos y a las niñas a inclinarse por actitudes maternales.

Margaret M. McCarthy, fisiologa de la Universidad de Maryland, quien estudia el desarrollo cerebral temprano, asegura que dentro del útero los niños desarrollan testosterona y nacen con la misma cantidad que un hombre de 25 años.

Esta cantidad de testosterona va disminuyendo cuando llega a la pubertad pero es la que moldea el desarrollo del cerebro masculino.

Mucho se ha experimentado con los cerebros de animales en laboratorios aplicando a hembras y machos la misma cantidad de testosterona y todo indica que la testosterona podría mejorar el raciocinio espacial.

“En realidad no existe un cerebro completamente masculino, sino más bien un mosaico masculino y femenino”, aclara McCarthy.

Según Berenbaum, profesora de psicología en la Universidad del Estado de Pennsylvania, las niñas también fabrican testosterona desde el útero, pero en cantidades más bajas a los varones. También producen hormonas femeninas como el estrógeno pero al parecer no tienen mucho impacto en el desarrollo de sus cerebros.

Esto quiere decir, que las niñas tendrían el cerebro igual a los niños si produjeran la misma cantidad de testosterona.

Estudios con imágenes de resonancia magnética demuestran que ambos cerebros, de niños y niñas, crecen y se desarrollan a velocidades distintas en mismas etapas, es decir, podrán tener la misma edad y desarrollar diferentes etapas del cerebro.

El cerebro, es flexible por esa razón los niños y niñas  cuando son o pequeños crean conexiones entre sus células cerebrales, van desarrollando nuevas obsesiones y perfeccionan habilidades en la  medida en la que descubren el mundo.

Así que es muy probable que veas a tu hija un mes jugando exclusivamente con muñecas, otro mes se decidirá  por juguetes de armar  y otro montará feliz su bicicleta y aprenderá a reparar cosas sin que necesariamente sea amante de los

Lo mismo pasará con tu hijo, aunque no lo veas jugando al “té” con alguna muñeca seguramente le encantará cuidar a una mascota lo que desarrolla la habilidad del cuidado que como adulto podrá tener como padre.

Berenbaum lo concluye con la siguiente frase: “La biología no marca el destino”.

 

 

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