¿Todas necesitamos validación?

¡Todas necesitamos validación! Todas, todos y todes. Es necesario priorizar la conversación que nos lleve a reconocer y aceptar que necesitamos que los demás, sobre todo nuestros círculos cercanos de cada uno, nos validen.

Que validen nuestras emociones, respeten y validen nuestros sentimientos, posicionamientos, ideologías y pensamientos.

Porque tal parece que —casi—todo mundo se empeña en desvirtuar, contradecir o, lo que es mucho peor, minimizar nuestras sensaciones o expresiones.

Pero, ¿de dónde parte esta idea incorrecta de reducir o rebajar o limitar lo que sentimos? Y también cada persona que lo permitimos.

Reconozcamos que no sabemos poner límites y una de las consecuencias es cuando abruptamente ya estamos en el escenario de la invalidación, rechazo y donde empequeñecen todo lo relacionado a nuestra persona.

¿Por qué necesitamos validación?

Es humano necesitar y pedir validación. En el ámbito que sea, incluso más allá de las relaciones humanas, cada uno/una como individuos debemos reconocernos: valientes, prodigiosas, exitosas, capaces, ¡hermosas!. Y también sensibles, vulnerables, necesitadas de atención y amabilidad.

Humanicemos las necesidades de afecto, de muestras de amor y reconocimiento.

Y es que recientemente se ha vuelto cotidiano e incluso normalizado el rechazo, la incertidumbre y la poca generosidad al validar las emociones y sentimientos.

¿Qué es la validación?

Justo lo que decía, es dar fuerza, valor y/o firmeza a las sensaciones, sensibilidad y afectividad de la otra persona. Sin embargo, esto no sólo se expresa verbalmente, sino en actos de amor y de servicio.

En la validación todes necesitamos no sentirnos ni ser juzgados. Porque suele tener esos tintes de descalificación o de comentarios ‘pasivo-agresivos’, es decir, «Sí, tienes razón, pero…».

Entonces viene el juicio, la crítica o el prejuicio que sostiene el argumento de la otra persona pero invalida el nuestro.

Sin embargo, insisto, todas necesitamos validación pero debemos comenzar por la propia.

Por ese apapacho a nosotras mismas donde además de reconocernos hermosas, no sólo físicamente, sino mental, intelectual, espiritualmente.

Amor propio

Es urgente y necesario sentirnos apreciadas y validadas por nosotras mismas para que el resto de las personas sientan esa fuerza que emanamos pero que muchas veces nosotras mismas apagamos por presión, desinterés, por encajar en algún sitio o con alguien o algunos.

En el momento en que priorizamos nuestro ‘Amor propio’, no sólo el autoestima, sino el amor para y por nosotras mismas, la vida se tornará, primero que nada, más serena, menos pesada y rígida.

Cuando nos sensibilicemos en que nosotras somos nuestra empresa, legado, la inversión más valiosa y, sobre todo, la única vida que tenemos y que está únicamente en nosotras el saber cómo vivirla y el para qué.

No es una tarea sencilla, es un trabajo de todos los días. La auto validación y el autocuidado.

Sin embargo, si nosotras mismas apostamos a esta inversión y somos las primeras en reconocer nuestras debilidades pero sobre todo fortalezas, sería un primer paso y el inicio de una era con mucho más amor propio y, por supuesto, validación y reconocimiento.