Plumas etéreas

Plumas etéreas

Plumas de marbú, avestruz, faisán o gallo. Durante el siglo XIX ninguna dama de clase alta que se prestará acudía a eventos trascendentes sin sobreros, tocados o abanicos que exhibieran ostentosas plumas. Conseguían de este modo dotar a sus diseños de un exotismo y romanticismo nunca visto hasta entonces.Esta interesante tendencia recobra fuerza en los diseñadores actuales, que dotan así a sus prendas de un toque etéreo, volátil y ligero con efectos espectaculares. En este sentido, Olivier Theyskens, utiliza las plumas para Nina Ricci de forma magistral en tocados, cardigans de punto aterciopelado y vestidos sirena con ruffles asimétricos.Karl Lagerfel no podía ser menos y seduce a las más sibaritas con un bolso de mano de Fendi en el que las plumas de colores se cuelan entre jirones de lana. No menos impactante resulta el abrigo de mangas perdidas cubierto con plumas de faisán que diseña Giambattista Valli. Marni, sin embargo, prefiere utilizar la pluma en colgantes que destacan sobre vestidos cortos y aportan una pincelada étnica a su propuesta.

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