El poder curativo del color

El poder curativo del color

Hay gente que tarda semanas en decidir cómo pintar las paredes de su casa. Y es que el color nos conecta con zonas íntimas de nuestro cerebro. En realidad, es luz que llega a nuestras retinas con una longitud de onda concreta y el cerebro la interpreta. Así pues, se trata de energía y de sensaciones. De hecho, las preferencias tienen mucho que ver con el estado de ánimo y el bienestar. Esta relación es la base de la cromoterapia, que utiliza los colores en busca de beneficios para la salud. Hay estudios que indican que unas horas en una habitación pintada de rojo aumentan el ritmo cardiaco y los niveles de energía. En cambio, el azul o el verde tienen efectos calmantes.Aplicaciones médicas
La cromoterapia ha sido utilizada con éxito en la depresión, las migrañas, la dislexia, el autismo, la cicatrización de las heridas y hasta en pacientes de ictus. Hoy, los colores se emplean incluso en el diagnóstico. El científico ruso I. G. Grakov, ha diseñado tests cromáticos en los que la elección de colores (y la secuencia y rapidez de la elección por cada sujeto) permite identificar dolencias. Ésas y otras experiencias han animado al dr. Meter Mandel, médico y acupuntor alemán, a diseñar aparatos capaces de aplicar luz y color a puntos de acupuntura (lo que se conoce como colorpuntura).”El ser humano no puede vivir sin luz; de hecho, los procesos bioquímicos del organismo están controlados por ella; por eso podemos intervenir en el comportamiento celular aplicando ondas luminosas de diferentes frecuencias a puntos concretos de los meridianos”, asegura Mendel.Estos son los efectos que los cromoterapeutas asocian a los colores básicos:

 

– Rojo. Energizante. Es efectivo para tratar problemas musculares y de circulación, anemia, impotencia…
– Naranja. Vitalizador. La depresión, la tristeza, la anorexia o el bajo deseo sexual consiguen ser minimizados.
– Amarillo. Liberador. Estimula la eliminación de toxinas y favorece el rendimiento mental.
– Verde. Tranquilizante. Es útil para tratar problemas inflamatorios y articulares.
– Azul. Relajante. Ayuda a combatir el insomnio, los problemas hepáticos, las migrañas, los dolores crónicos. Tiene efecto antibacteriano.
– Añil. Tonificante. Sirve para tratar problemas intestinales, oculares y de oído, así como determinadas adicciones.
– Violeta. Equilibrante. Mitiga problemas endocrinos y neutraliza heridas emocionales.

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