¿Por qué nos gustan los patanes? La ciencia lo explica
¿Te gusta la mala vida?, si has escuchado esta pregunta más de una vez, es momento de que mejores tu respuesta
Admítelo, tener un bad boy cerca dispara tu adrenalina. Te conviertes entonces en una adicta. Todas hemos tenido una, o muchas, relaciones con hombres que están muy poco interesados en nosotras, emocionalmente inaccesibles, y en el proceso de superar traumas infantiles. No te sientas tan mal, resulta que 85 por ciento de las mujeres terminamos relacionándonos con chicos poco convenientes. Los patanes son el pan nuestro de cada día.
Freud se daría vuelvo describiendo teorías sobre el comportamiento animal e irracional que nos hace llegar una y otra vez a esos bad boys.
Investigaciones recientes han demostrado que, en la semana previa a la ovulación, las mujeres se sienten más atraídas a un hombre sexy, rebelde y guapo. Según Kristina Durante, investigadora de la Universidad de Texas en San Antonio, “Al ver a través de las gafas de la ovulación, Don Error parece Don Correcto”.
Las hormonas deciden, sin duda. Durante la ovulación, las mujeres ven con ojos de amor a los hombres de tipo rudo y hasta los consideran como posibles padres para sus hijos. El resto de la historia ya la conoces, una chica linda que cayó ante los encantos de un bad boy, hizo mal las cuentas y hoy está embarazada de un fantasma.
“Te gusta la mala vida” y aunque parece que sí nunca es tarde para romper el patrón. Identificado el problema, busquemos la solución. Te daremos 5 señales inequívocas de que ese hombre (no importa cuánto te lo prometa) no va a cambiar:
- ¿Qué somos? Típico que te deje muy claro que odias las etiquetas, ¡ay ajá! No va a ser tu novio, abre los ojos.
- Secreto de amor. Te hace creer que es mucho más romántico que nadie se entere de su amorío. ¡Patrañas!
- Está en Tinder. En serio, ¿necesitas más información?
- Voltea su celular cuando está cerca de ti. Notas que está recibiendo mensajes pero, casualmente, prefiere que no te enteres de quién los envía.
- Esto no huele nada bien. Tu mamá sospecha de sus intenciones, confía en su sexto sentido. Los patanes son su especialidad.