¿Cómo saber si eres alérgica a los limpiadores faciales?

Las reacciones alérgicas dependen del sujeto y no del producto que se aplican, lo que le da alergia a una persona no se lo da a la otra, las respuestas son individuales.

Aunque la sensibilidad a las substancias cambia de persona a persona, ciertos compuestos, como los perfumes, producen alergias con mayor frecuencia que otros.

Aunque es posible que el exfoliante que tanto te gusta o esa crema que huele tan rico, no sean los más adecuados para ti porque el ingrediente que lleva es demasiado fuerte…o eres alérgica a los limpiadores faciales.

Una simple irritación en la piel dejará manchas rojas leves, mientras que una verdadera alergia creará diversos síntomas. Muchas mujeres suelen notar al cambiar de emulsión de limpieza o de crema de tratamiento, que su piel genera una especie de rechazo al producto mediante enrojecimiento.

Es importante que los pacientes aprendan qué ingredientes de los productos faciales producen reacciones alérgicas, para así evitarlos en un futuro.

Reacciones más comunes

Existen cinco variedades de alergia. Los limpiadores faciales pueden llevar a que ocurra cualquiera de éstas:

  • Tipo I: Hipersensibilidad inmediata. La reacción alérgica ocurre de manera inmediata después de un primer contacto con el producto.
  • Tipo II: Luego del trato inicial con el cosmético se generan anticuerpos contra el mismo que ante un nuevo contacto van a generar los síntomas.
  • Tipo III: Los anticuerpos ya presentes se pegan al componente que generó la alergia y desencadenan una serie de reacciones de defensa para eliminarlo.
  • Tipo IV: Hipersensibilidad retardada. Es la más frecuente y se produce 48 horas después del contacto con el cosmético que la causó.
  • Tipo V: El cuerpo genera una barrera celular contra el componente que originó la alergia para quitarlo del organismo.

Los síntomas de estas alergias pueden ser manifestaciones cutáneas -eccema, urticaria aguda o crónica, pigmentación residual y dermatosis liquenoide-, y manifestaciones extra cutáneas –rinitis, fiebre de heno, asma alérgica, conjuntivitis, alteraciones gastrointestinales, angioedema y en algunos casos con reacciones alérgicas severas como el shock anafiláctico-.

En el manejo de estos casos se requiere como primera medida suspender el uso de los productos que contienen el alérgeno responsable de la afección en forma permanente.

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