Fix you. ¿A ti qué o quién te repara? ¿Tú cómo te has sanado?, ¿cuánto tardaste en aliviarte la última vez? Y no me refiero de una enfermedad física sino del alma. Del corazón que todes hemos pasado por la desdicha e inmundicia de tenerlo hecho pedazos.
Claro, porque fuimos tan obtusos y necios que le permitimos a alguien que nos machacara hasta dejarnos hechos polvo, no conforme con eso nos barrió cual basura para meternos debajo de un tapete húmedo y pestilente.
Por eso Fix you es un himno para muchos y muchas. El mío sí. Uno de tantos
Pero, ¿por qué dejamos que nos hagan trizas?
¡Qué pregunta! Y no es retórica, ni la subestimo. Por el contrario, es una realidad que si fuéramos sensatos y sensatas no sabrías la razón.
No sabemos el porqué permitimos que alguien (una, uno, une), nos haga pedazos y alguien o algunos más vengan a tratar, al menos intentar, repararnos y pegar todos esos millones de cachos que quedan de nosotros.
Es irónico que aunque el corazón es un músculo —casi—irrompible, resulta que la sensación de el corazón roto, hechos trizas, pedazos, polvo es más real de lo que imaginamos.
Pero, respondamos la pregunta. ¿Por qué dejamos que nos hagan trizas?
- Costumbre. Qué dolor creer esto y pensar que somos más conformistas de lo que creemos. Pero es verdad, nos quedamos con alguien o en un “algo” que a ciencia cierta no sabemos qué es, pero seguimos.
- ¿Insuficiencia? Sentimos —o permitimos que eso nos hagan sentir—que valemos tan poco que nos quedamos. «¿Qué tal que nadie más nos vuelve a querer? ¿Y sí no hay otra persona que me dé al menos estas migajas?».
- Desamor propio. La ausencia de autoestima y amor propio es una de las principales razones por las que continuamos con alguien donde la carencia de validación y estima personal se esfumaron, son inexistentes.
Fix you
¿Quién y cómo te reparas? ¿Cómo fue la última vez que tuviste que salir de la total oscuridad y de la peor tormenta? ¿Quién o quiénes te ayudaron, condujeron y sostuvieron?
El amor en todas sus vías es una de las formas de repararnos. Solemos concebir al amor solo como el amor romántico, y no, completamente errada la percepción.
Amar es un verbo tan inmenso que incluye incluso a personas que no conocemos, que nunca hemos mirado y/o tocado pero que sin embargo traspasa el tiempo, la distancia, las pantallas, las infinitas diferencias.
Y en ese sentido, caigo en cuenta que a mí me han y me reparan decenas de personas. Claro, los que están presentes hacen una labor maratónica, incansable porque es un trabajo 24/7.
Pero los seres humanos que están a la distancia también colaboran —o colaboramos—de manera magistral porque toca hacernos presentes con mucha paciencia, cuidado, contención pero también con muchísimo amor.
Y justo ese amor en todas sus vías es el que se hace presente escuchando, validando, siendo compasivos con la capacidad de comprensión y tolerancia total porque, a ciencia cierta, nunca sabemos lo que está pasando la otra persona.
Repararnos con autocuidados
La forma más difícil de repararnos y sanar es aplicando los autocuidados. Encontrar la motivación y valor para protegernos, incluso de nosotres mismos. Es decir, no solemos ser muy piadosos para consigo mismos.
Nos cuesta ver que aunque hayamos errado, aunque sintamos que el mundo está por completo encima de mí solo quedamos nosotras, nosotros para gestionar lo más rápido la salida de ese fango en el que, muchas veces, nosotros lo hacemos más profundo.
Cuando comenzamos a reconocer que nuestra brillo y lucidez no depende de alguien más sino de la empatía y amor propio, los caminos se ven y son menos sinuosos. La adversidad ya no encuentra sitio porque le incomoda que seamos capaces de resarcir las malas decisiones y los errores.
Y es que somos nuestra peor jueza y peor juez. Nuestro propio verdugo y seremos el último en perdonarnos y en repararnos desde adentro.
El proceso de repararnos y de sanar después de una tempestad es personal. Nada, mucho menos nadie tiene el poder de quitarnos esa conciencia de querer emprender el camino hacia nuestra restauración y remendar todo aquello que quedó hecho añicos.
Tomará tiempo. No es en línea recta ni para todos es el mismo proceso ni mucho menos el mismo camino, sin embargo, el cómo te Fix you, el como te enmiendes a ti mismo depende sólo de ti.
Abrázate, no seas tan dura. «No hay oscuridad permanente, el sol sale cada mañana y siempre es luminoso. Como tú». Y déjate acompañar, tampoco está mal. No lo vivas sola.
Fix You de Cold Play dice:
And high up above or down below
When you’re too in love to let it go
But if you never try, you’ll never know
Just what you’re worth
Lights will guide you home
And ignite your bones
And I will try to fix you
