Eva Arguiñano, cocinera

Eva Arguiñano, cocinera

Eva Arguiñano, cocinera

Mientras medio país se tuesta al sol y se abandona a la vagancia, ella pasa los calores estivales en un sofocante frenesí de fogones. Pero, salada como es, se resigna con una gracia envidiable: "Es que mis veranos siempre han sido de libros o de trabajo", desvela.Creció a la sombra de su hermano mayor Karlos, pero ya hace tiempo que se emancipó de este monstruo televisivo, a quien sigue profesando un respeto casi reverencial, herencia de aquellos días de adolescencia en que él era su jefe -muy duro, por cierto- y ella una aprendiz, en plena edad del pavo, que "daba bastante la lata".-¿Recuerda a qué edad cocinó por primera vez?-Me recuerdo con siete o ocho años preparando la cena para mi familia: tortillas francesas, vasos de leche cosas sencillas.-¡Qué apañada!-Sí, y lo hacía sin ningún problema. Por las circunstancias, en mi familia todos hemos entrado en la cocina muy jóvenes.-Seguro que ni siquiera usted se salvó de las inevitables chapucillas de los inicios.-Bueno, no hice muchas, porque iba a lo fácil. Pero sí que recuerdo una cosa. Mi madre me mandaba a la plaza a comprar puerros y yo siempre cogía los más grandes a las caseras y ella me decía: "Eva, no, los grandes no, coge siempre los pequeños". Y yo, erre que erre, volvía otra vez y hacía lo mismo.-¡Ande o no ande, caballo grande!-¡Eso debía pensar yo! Pero no. Un día me los hizo probar y estaban dulces, porque habían echado la flor. Así aprendí.-Su primera lección de cocina. Y ahora que a los adolescentes no les dejan ni poner un vaso de leche en el microondas.-Es que en nuestro caso fue una necesidad, las circunstancias nos obligaban a ir a la compra y a hacer comida. Y ahora esa necesidad no existe. Así que los chavales se hacen mayores más tarde, y no sólo en la cocina, también en otras cosas.-En una familia en la que todos cocinan tiene que haber piques y competitividad a la fuerza.-Cuando hay comidas familiares cada uno aporta un plato y ya está. Todos tan contentos. Las tortas vienen luego, en la sobremesa, cuando empezamos a opinar cada uno de una manera. Son moviditas.-¿Nunca han volado platos?-No, no, no hemos llegado a eso. Ni nos hemos levantado de la mesa de malos modos.-A ustedes, los cocineros famosos, ¿nunca se les pegan las lentejas o se les sobra la leche?-Sí, se nos quema el caramelo, echamos sal dos veces Nos pasa de todo.-¡Les sale todo tan perfecto en la tele, que el resto de los mortales acabamos con complejo de torpes!-¡No! Lo que pasa es que la tele siempre muestra la parte buena. ¿Si se me queman las lentejas, no las voy a exhibir!-En "Hoy cocinas tú", el programa que hace en La Sexta, enseña a la gente a cocinar y luego ellos intentan repetir la jugada en casa. Y no siempre les sale bien. ¿Le gusta la docencia?-Me gusta, me gusta, y me he dado cuenta de que tengo mejor humor y más paciencia de la que pensaba. Me lo paso muy bien, estoy super a gusto.-Se encontrará con casos perdidos…-Todo el mundo puede aprender. Pero me llama la atención que hay gente de 30 años que nunca se ha fijado en cómo se prepara algo. ¿Hay que intentar ser lo más autónomo posible! Es importante desenvolverse en todas las tareas, tanto en la mecánica del coche, como en la cocina, con la lavadora?-Cuánto mal hacen las madres al llenarnos los frigoríficos de fiambreras. Sobre todo, a los chicos.-Sí, pero en estas cosas cada vez influye menos el sexo. Antes los que no sabían cocinar eran los chicos, pero ahora las chicas tampoco andan sobradas.-Sí, la igualdad de sexos.-Exacto. En los tiempos que corren igual todos vamos a cocinar menos y nos vamos a depilar más ¡unos y otros!-Como yo no soy muy mañosa, dígame, ¿qué tengo que preparar para seducir a un hombre?-Bueno, es complicadísimo. Si me preguntas qué número va a tocar en la lotería, igual acierto más. Pero, para seducir a un chico, escogería un plato con buen aroma.

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