Cómo hablar de sexo con adolescentes

Qué difícil resulta a veces hablar de sexo. Sobre todo si la conversación se desarrolla entre padres e hijos adolescentes. El objetivo no es salir del paso ante una pregunta concreta, sino acompañar a los chicos en el camino hacia su madurez sexual.

No se trata de autorizar, sino de vivirlo con naturalidad, sin tabúes, sin intimidar, respetando sus tiempos. Así, hablar de sexualidad con tus hijos adolescentes no es sólo decirles que no deben tener relaciones. Eso es algo que harán, o dejarán de hacer, cuando crean conveniente. En ese momento lo que tú pienses dará igual. No hay una edad adecuada para mantener relaciones sexuales, pero puedes transmitirles que antes de hacerlo tengan en cuenta estos aspectos:

¿Lo deseo realmente? ¿Estoy preparada-o para asumir las consecuencias de mis actos? ¿Soy libre en mi decisión o lo hago por presión, para gustar más, para demostrar que soy muy liberada o mayor, que soy muy machote, para probarme a mí mismo o que soy capaz de atraer a un chico? Hay que explicarles lo negativo del “aquí te pillo aquí te mato”, el sexo por impulso, por descontrol de una situación, sobre todo si va mezclado con alcohol. Sobre todo que sepan que sexo y afectividad es la mejor combinación y que deben respetar y sentirse respetados por la otra persona.

Llevar a tu hija al ginecólogo

Desde las primeras reglas, debemos llevar a nuestra hija al médico para cuidar su salud. La consulta del ginecólogo no debe ser distinta a la de cualquier otro especialista ni infundir miedo, por lo que es conveniente que vaya una vez al año para hacerse una revisión. La primera vez podemos acompañarla para darle seguridad, pero después debemos darle libertad para que hable con el médico de lo que quiera sin sentirse cohibida por nuestra presencia.

¿Hay que facilitarles métodos anticonceptivos? El ritmo de cada individuo es diferente y, a veces, irán más adelantados o retrasados de lo que nosotros creemos. Los preservativos que se los compren ellos. Ahora bien, desde los 13 años debemos dar información sobre anticonceptivos e indicarles dónde pueden conseguirlos, ya que la curiosidad llega antes de que practiquen sexo de verdad.

Explícales que, sin preservativo, el riesgo de contagio siempre existe y háblales sin charlas ni sermones que les avergüencen. Busca la excusa de un libro, una película o una noticia en la tele para transmitirles que la sexualidad es algo positivo, pero siempre y cuando se ejerza con responsabilidad. Explícales que, después de todo, te ajustas el cinturón cuando subes a un coche y te pones un salvavidas cuando navegas sin perder la emoción del vértigo.

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