Fantasías: no tienen límites, ¿pero hasta dónde ir?

Las fantasías sexuales suelen ser habitualmente muy similares: sexo en una playa solitaria, en un bosque, en el asiento trasero de un coche, entre otras.

Las fantasías, al igual, entran comúnmente en acción, sin mayor problema en la masturbación, en el autoerotismo, lo mismo que en la práctica sexual con la pareja.

En el acto sexual es común que la mente viaje tan lejos como la imaginación quiera, pero estrechamente ligada a la experiencia de ese momento y motiva sensaciones agradables en la relación sexual en su conjunto.

Una polémica que surge en torno de la comunicación de la pareja es determinar hasta qué punto conviene compartir aspectos sobre las fantasías sexuales. Este tema es harto delicado, pues algún miembro de la pareja, aunque quede claro que es algo irreal, puede llegar a sentirse ofendido.

Por ejemplo, ¿qué sentiría tu pareja si le comentas que cuando estás haciendo el amor te imaginas que lo está haciendo con otro hombre? Tal vez para algunos significaría un golpe tan fuerte que optarían por la ruptura de la relación, y para otros, no representaría mayor amenaza.

Todo depende de las ideas, valores y conceptos de cada uno de los integrantes de la pareja, y del grado y manejo de la intimidad entre ambos.

Es recomendable considerar lo anterior, analizar el contexto de la pareja, personalidad y sentimientos antes de llegar a comentar este tipo de detalle.

Aquí te damos unas ideas:

 

Espejos

Puedes hacer el amor en una sala o habitación con espejos, de esa forma podrás captar los gestos y movimientos de tu pareja, convirtiéndose en una experiencia muy excitante, y aporta un elemento de voyeurismo sin que nadie más esté presente.

También puedes imaginar que estás actuando frente al público. Las posibilidades son maravillosas para los/las más exhibicionistas. Si te cuesta verte haciendo cosas frente al espejo, puedes probar a ponerte una máscara, de esta forma el anonimato te permitirá alcanzar nuevas sensaciones de erotismo.

Sumisión

Para muchos hombres es muy excitante tumbarse y dejar que la otra persona tome el control. Puedes interpretar el papel de amo, mientras tu pareja hace de esclavo. Debes mostrarte inflexible, creando un ambiente de suspense y dejando claro que eres el que manda y que él está indefenso y a tu merced:

  • Tápale los ojos y átale las manos con una cuerda suave, hazle saber que tiene que estarse quieto.
  • Una vez a tu merced, provócalo, aumentando su excitación.
  • Desátalo y ordénalo que te desnude lentamente, sin tocarte, siguiendo constantemente tus instrucciones.
    Si lo hace mal, le castigarás con unos azotes. Si lo hace bien, la recompensa será sexo. ¿sugerente, no?

Para concluir, vale la pena señalar que tanto los hombres como las mujeres tienen normalmente fantasías sexuales. Ello no conlleva ningún problema siempre y cuando que la persona no se sienta culpable, se angustie, se preocupe o se avergüence por tenerlas.

La imaginación erótica, capacidad solamente de los humanos, es un extraordinario recurso que se puede poner al servicio del placer y para disfrutar de una plena vida sexual.

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