¿Quién desea la suerte de la fea?

¿Quién desea la suerte de la fea?

¿Quién desea la suerte de la fea?

Según el refrán popular, las mujeres hermosas están obligadas a ser infelices. Afortunadamente, la vida es más complicada."La suerte de la fea, la guapa la desea". Los dichos suelen encerrar un cierto conocimiento sobre el ser humano. Los que se refieren a la mujer aluden con frecuencia a su capacidad para atraer al hombre y, entre los más citados, está el que da inicio a este texto.Como la mayoría de los refranes, la reduce a la condición de un objeto cuyo destino es gustar al hombre. Su suerte depende de eso. La subjetividad femenina queda, en esta frase, anulada: no es ella quien decide. UN REFRÁN SIMPLIFICADORToda mujer tiene encanto, si ha llegado a quererse. Y, por contra, la belleza no le servirá de mucho si su cabeza no está bien amueblada.Desde el punto de vista de la mujer que acepta el mensaje que denota un dicho como el de "La suerte de la fea, la guapa la desea", el refrán transmite una idea justiciera dictada por la envidia: quien ha tenido la suerte de ser bonita no debe aspirar también a ser feliz.Desde la fantasía masculina, en cambio, expresa el temor de algunos hombres a las compañeras guapas, pues les atribuyen un poder sobre ellos. El modo de controlar este poder consistiría en desearlas, pero sin quererlas.Se defienden de ellas dejándolas pronto, porque se imaginan sometidos a sus encantos. Estos hombres sólo podrían amar a mujeres que no sean muy agraciadas. Con ello evitan también la competencia con otros hombres, que siempre es más alta cuando su pareja es atractiva.El deseo de que la guapa sea menos feliz que la fea esconde asimismo la idea de que no puede haber una mujer que lo tenga todo. Tranquiliza mucho pensar que todos tenemos dificultades. Por ello hay que castigar a la atractiva y compensar a la poco agraciada con otro tipo de suerte.En cualquier caso, ella queda reducida a un objeto decorativo. Un refrán tan simple no podía tener en cuenta que la subjetividad de la mujer es muy compleja.Su historia afectiva, así como el proceso de identificaciones que haya hecho a lo largo de su vida, la conducirán a encontrarse bien o mal con su feminidad y a ser feliz o desdichada, con independencia de su aspecto.
La belleza es una suma de cualidades. Si hay algo que nos embellece es haber llegado a un buen acuerdo con nosotras mismas y querernos.Esto es lo que hace que una chica que quizá no es guapa físicamente resulte muy atractiva, mientras otra que sea más guapa sea poco seductora. Las clavesLa belleza no está tanto en cómo nos miran como en la forma en que nos vemos nosotras mismas.NUESTRA MIRADA. Construimos una imagen interna de nuestro cuerpo que contiene la síntesis de nuestras vivencias emocionales. Por eso nos es imposible vernos de manera objetiva. La imagen que construimos está hecha de las caricias que recibimos, de las palabras que nos dedican y de nuestras vivencias.INFLUENCIA FAMILIAR. Una evolución personal sana depende de que esta imagen se haya constituido sin recibir sentimientos de desaprobación por parte de los adultos. Es en la relación con los padres donde se apoya el grado de aceptación que tenemos de nuestro cuerpo, que quedará en nuestro inconsciente.SOLUCIONES. Si ese grado de aceptación no es óptimo, puede cambiarse la forma que tenemos de valorarnos a través del trabajo psicológico.CLICHÉ FEMENINO. Por todo esto, considerar a la mujer sólo por su apariencia externa tiene que ver con despojarla de su subjetividad y colocarla en una posición infantil, como objeto de los otros y no como sujeto de su propio destino.

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