Asociación para la Defensa de la Salud Pública

Asociación para la Defensa de la Salud Pública

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Esther Sánchez conoció de primera mano el mal que la pobreza origina durante su trabajo de cooperación en Honduras, un país donde la miseria condiciona la salud de gran parte de la población. "Vi niños que se morían de polio y otros males que aquí tenemos casi olvidados, como el sarampión o el tétanos; mujeres que fallecían al dar a luz, hombres que parecía que tenían cien años y no llegaban a los sesenta".A pesar de su experiencia profesional y de una estancia anterior en India, Sánchez reconoce que se sintió estremecida por las imágenes de desolación, pero también gratamente sorprendida por la disposición de la gente. "Colaboré con muy buenas personas con muchas ganas de ayudar".Durante dos años participó en un plan de la ONG Asociación para la Defensa de la Salud Pública (OP), destinado a formar promotores de salud en una zona rural y la periferia de Tegucigalpa. Son líderes comunales que se instruyen en los primeros auxilios, el montaje de sistemas de agua potable y la apertura de letrinas.La devastación causada por el huracán Mitch llevó a las primeras planas a la república menos conocida de Centroamérica. No ha sufrido conflictos civiles como las vecinas El Salvador o Guatemala, pero la situación es aún más precaria. "Es un lugar muy duro para vivir y la esperanza de cambio parece pequeña", lamenta."Exporta café, pero este producto vale cada vez menos en los mercados internacionales, y también banana, que tampoco resulta competitiva. ¿La solución? Emigrar a EE.UU., pero muchos se quedan en el camino". Para los que permanecen en su tierra, los parásitos intestinales y la diarrea son compañeros habituales. "Son afecciones que, por cotidianas, ya ni se tienen en cuenta", explica Sánchez. Las epidemias de dengue o el sida, con los niveles más altos del continente, causan grandes estragos.No existen recursos suficientes para combatir las mayores lacras. Para dotar de viabilidad económica al proyecto, las ONG, en colaboración con la administración local, han instalado en centros de atención básica media docena de monitores de televisión y reproductores de DVD provistos de cintas didácticas y de ocio. "La intención es cobrar algo simbólico por ver las películas y comprar así las medicinas".Esta iniciativa ha propiciado la formación de cierta red de voluntarios, hecho excepcional en el seno de una sociedad desmovilizada, azotada por la crisis y una creciente violencia.Aunque el programa ya ha finalizado, la enfermera mantiene el contacto con los agentes de salud y prepara nuevos proyectos en Nicaragua. Pero no cree que su profesión implique un mayor espíritu solidario. "Todos podemos aportar algo. El compromiso tan sólo depende del carácter y la voluntad de cada uno".La Asociación para la Defensa de la Salud Pública es una entidad formada por voluntarios provenientes mayoritariamente del ámbito profesional de la sanidad. Entre sus objetivos se halla la cooperación al desarrollo. Más información en Barrenkale, 40 Cantón 1º de Bilbao o en el teléfono y fax 944162202.

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