Blanca Portillo, actriz

Blanca Portillo, actriz

Blanca Portillo, actriz

Cada tarde, Blanca Portillo sube al escenario del madrileño Centro Cultural de la Villa para representar "Barroco", una pieza sobre la Revolución Francesa. Recientemente la intérprete demostró su profesionalidad sintiendo las tablas una vez más. Mientras ella declamaba en Madrid, San Sebastián le brindaba la Concha de Plata a la Mejor Actriz por su trabajo junto a Maribel Verdú en "Siete mesas (de billar francés)", de Gracia Querejeta. Le separaba la distancia, no los sentimientos. Le habría encantado estar presente en la gala de clausura del certamen vasco pero, como dijo aquél, «el show debe continuar».-Enhorabuena. ¿Sabe que los críticos han aplaudido con ganas la decisión del jurado?
-¿Qué bonito! Es que estoy muy sensible Me dice estas cosas y me emociono mucho. Estoy muy feliz, muchísimas gracias.-Gracia Querejeta ha dicho que la pena era que el galardón no hubiese sido ex-aequo con Maribel Verdú para que lo disfrutaran las dos
-Y es cierto. Soy consciente de que es un premio del que sólo me corresponde una parte muy pequeña. Hay un equipo que ha hecho un trabajo maravilloso, entre ellos Maribel. Le di un discurso a Gracia para que lo leyera en la gala y quedase muy claro que el premio es de las dos.-¿Qué le ha dicho Maribel?
-Fue la primera que me animó a disfrutarlo.-Es curioso lo de este personaje de "Siete mesas". Gracia lo escribió pensando en usted sin conocerla y era la primera vez que hacía algo así.
-¿Es muy fuerte! Cuanto más lo pienso, más me conmociona. Es muy raro que alguien sin conocerte escriba algo para ti y que salga tan bien. Da vértigo.-¿Da vértigo ser la mejor?
-Sí, es increíble. No puedes evitar pensar en quién estaba en ese jurado; gente que no me conocía de nada. Una sueña siempre que hace un trabajo en lograr emocionar a quien lo ve, y me parece excesivo que gente de esa categoría piense que mi actuación es la mejor entre tantas películas. Es una sensación de vértigo infinito.-¿Será éste un papel clave en su carrera?
-Lo es desde que empecé a hacerlo. Desde que leí el guión. Era un regalo; ya era un premio el poder hacerlo. Siempre recordaré a Charo (su personaje) como algo fundamental.-Quién le iba a decir a usted a los 17 años, cuando entró en su primer grupo de teatro, que la vida la iba a premiar así.
-Lo pensé cuando me llamaron para anunciarme el premio. ¿Sabe eso que dicen cuando tienes un accidente, que toda tu vida pasa por delante de ti en un instante?; pues fue algo parecido. Recordé esa época y precisamente le dije esas palabras a mi compañero Asier Etxeandia: «¿Quién me iba a decir a mi esto hace 25 años!».-Se critica mucho al cine español y logra premios importantes en certámenes internacionales como el de San Sebastián. Esto es bueno para acallar reproches, ¿no?
-Es maravilloso. Tenemos que tomar conciencia de que nuestro trabajo es muy válido. Cometeremos errores como todo el mundo, pero nuestras películas se ven fuera de España y las valoran. Tenemos la mala costumbre de "autodespreciarnos" y no es justo porque creo que hay gente que hace trabajos verdaderamente admirables.-Decía hace poco que la tranquilidad no va con usted. A ver si ahora se va a arrepentir de estas palabras
-Ja, ja, ja Miedo me da. No. Vivir estas cosas es algo hermoso, me siento una privilegiada.-Hay quien dice que los premios son gafes, ¿y si a partir de ahora deja de sonar el teléfono?
-Yo soy una trabajadora y cuando no he tenido trabajo lo he inventado y lo he construido. Jamás dejaré de hacer esto porque es mi vida y es lo que más amo en el mundo. No tengo miedo en ese sentido; lo que tenga que ser, será.

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