Carmen Machi, actriz

Carmen Machi, actriz

Carmen Machi, actriz

Lleva ocho años en la televisión, donde ha enlazado dos series de éxito que le han cambiado la vida, "7 vidas" y "Aída". Carmen Machi quiere mucho a la singular Aída, una mujer maltratada, alcohólica, con problemas para llegar a fin de mes con la que en los últimos domingos sintonizan más de seis millones de personas. Pero, para no caer en la rutina y seguir aprendiendo "y equivocándome", la simpática actriz madrileña recupera la que es su primera pasión, el teatro, y no descuida el cine, donde repetirá, esta vez como protagonista, con Javier Reboll "Lo que sé de Lola".Machi está feliz, le falta muy poco para volver "a casa", a La Abadía, donde el próximo 6 de febrero se instalará durante un mes con ?La tortuga de Darwin?, texto del Premio Nacional de Teatro Juan Mayorga que dirige Ernesto Caballero y con el que recorrerá España. "Entrar en el grupo La Abadía de José Luis Gómez supuso un antes y un después en mi vida. Volver a esos camerinos es muy especial para mí", comenta la actriz en una pausa de los ensayos de esta fábula.Antes de salir en la tele, llevaba trabajando sin descanso desde los 17 años en montajes teatrales.
El teatro es básico para mí. No sólo porque es algo irrepetible, mágico y que te da mucha libertad, también porque es una manera de vivir. En televisión, te recoge un coche y vas de casa al plato y del plato a casa, no pasas por la vida. El teatro es todo lo contrario y, además, como sales de gira, te das unos homenajes gastronómicos…Y luego, sales al escenario y eres el dueño, mientras que en el mundo audiovisual eres el último que decide.No se queje, que luego le sacan las mejores tomas.
Es que, como todo es tan rápido, pues aprendes a hacer todas bien. La televisión es mucho más difícil de lo que la gente se cree, tienes que ser doblemente eficaz porque hay que convencer en segundos.
El tirón que tiene se notará en que el teatro colgará el cartel de ?lleno?.
Viene gente que te sigue como actriz desde hace tiempo, pero otros muchos lo hacen porque te han visto en la tele. Fuera de las grandes ciudades, como hay menos ofertas, atrae mucho ver en carne y hueso a quien ven en televisión.Lo suyo con el teatro está claro, pero con el cine mantiene una relación distante. ¿Por qué?
Tampoco se hacen tantas películas. Ahora tengo proyectos muy golosos de los que no digo nada porque todavía no hay contrato. Sí puedo decir que Javier Rebollo, con el que hice ?Lo que sé de Lola?, me ha dado el papel principal en la película que rodará este año. Es un personaje precioso, durísimo.Lo que está pasando con la quinta temporada de ?Aída? no es normal, no sólo no han perdido adeptos, sino que tienen la audiencia de sus mejores tiempos, más de seis millones de fieles, incluso superan a ?CSI?.
Ahora llama más la atención porque hay muchas más series. Sabía que iba a arrasar porque lo veo por la calle. La gente me entra todo el tiempo y siempre me preguntaba cuando volvíamos.Ya, pero ¿por qué cree que gusta tanto?
Porque es una serie coral, todos los personajes tienen su momento, su trama y los papeles son muy variopintos. Esta el facha, el yonkie, el gay… Desde el principio, ?Aída? fue un pelotazo porque salió de ?7 vidas?.Y también tiene su peso el que lleva un tiempo en emisión, lo que ha permitido que el público quiera y conozca a los protagonistas, a los que ya siente muy cercanos.Por lo que pulsa en la calle ¿cuál es su grueso de admiradores?
Nos ve todo el mundo, desde ejecutivos a amas de casa, lesbianas, gays y niños. También nos siguen las personas que representa la serie, pero no son la mayoría, De hecho, el target comercial de la serie es de alto consumo, entre pase y pase emiten anuncios de productos de alta gama.
¿Qué me dice de los guionistas de la serie?
Son la base de todo. Un buen actor puede defender un mal texto, pero no brilla. Nuestros guionistas nos lo hacen muy fácil porque nos conocen muy bien. Cuando me preguntan ?qué diría Aída si…?, siempre digo que lo mío es repetir palabra por palabra lo que me escriben.Supongo que le costará mucho pasar desapercibida.
Hay temporadas que lo llevo mal, casi se convierte en una fobia. Siento que estoy viviendo veinticuatro horas con una señora, doce por trabajo y el resto porque la gente tiene necesidad de decirte cosas. Te miran y a veces no te apetece hablar y menos que te hagan fotos. La popularidad es un monstruo enorme que te puede devorar. Y eso que nunca me han dicho nada ofensivo.Pues hay emisiones con un nivel importante de barbaridades y atrocidades. El pasado domingo…
Sí, sí, fueron demasiadas burradas. La serie me gusta porque sus personajes son radicales, extremos y dicen cosas muy directas. Hay que defender con dignidad los guiones, pero no siempre me gusta lo que dicen.En esta etapa, Aída ha bajado a los infiernos, ha vuelto a beber.
Llevo mucha comedia encima, pero soy muy amante del dramón. Necesitaba sentir cosas, arriesgar, y el alcohol me ha servido para no secarme y dar sentido a mi trabajo. Pero, como la gente quiere tanto a Aída y están siempre a su lado, no les gusta nada que sufra. Por la calle me compadecen y me dan consejos para que deje de beber.
¿Se recuperará?
Saldrá del problema, pero no sé qué pasará.
Eso quiere decir que hay ?Aída? para rato.
Supongo que sí.¿Está dispuesta a seguir?
Eso no lo puedo decir. No pienso en el mañana, sólo en el hoy. Y hoy estoy muy a gusto.

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