Pepa Bueno, periodista

Pepa Bueno, periodista

Pepa Bueno, periodista

«Creí que TVE me iba a recompensar de la campaña electoral con un spa y ya he visto lo que me tenían reservado…». La sopresa que la cadena tenía preparada para esta extremeña del 64, directa, rotunda y decidida, casada y con una hija de ocho años, era hacer doblete en las mañanas de La Primera. Sin dejar Los desayunos, con los que lidera su franja de audiencia, ahora se atreve también con Esta mañana, el programa que competirá con Ana Rosa Quintana, Concha García Campoy y Susanna Griso.¿Se lo pensó mucho?Unos segundos. Me gusta arriesgar, me va la marcha.¿Por qué acepta hacer un doblete diario cuando se levanta a las cuatro de la mañana y llega a casa justo para irse a dormir?Porque me parece un privilegio que me hayan dado dos programas en los que combinar información pura y dura, debate, tertulia, entrevistas, entretenimiento… y con los temas que yo quiera. Es muy difícil decir que no a eso.¿Qué tal lo lleva su marido?Con mucha paciencia. Aunque esta profesión no es lo más importante para mí, está claro que termina por estructurar mi vida. Además, tengo a mi favor que mi marido sabe de qué va esto porque él también es periodista.Dos programas diarios no le deben dejar tiempo para nada.Estoy casi todo el día pendiente de mi trabajo, pero tengo mucha capacidad de hacer compartimentos estancos; y, si debo dedicar una hora a la niña, soy capaz de olvidarme del resto del mundo y centrarme en lo importante.¿Esta haciendo el programa que le gustaría hacer?Rotundamente, sí. Aunque soy consciente de que para conseguir el programa que tengo en la cabeza aún tendrá que pasar un tiempo prudencial de rodaje.No le han puesto límites…No, ésta es una apuesta muy valiente donde me juego mucho. Tengo muy claro el producto que quiero y creo que cuento con los ingredientes para, en un futuro no muy lejano, poder conseguirlo.Pero los directores de las cadenas se vuelven muy impacientes con los shares…Cuando me encargaron este nuevo programa, mis jefes me dijeron que era una apuesta estratégica de largo recorrido y yo me lo he creído.¿Le condiciona lo que hacen otros para hacerlo usted mejor o diferente? Uno no puede vivir al margen de lo que hacen los demás. Sería absurdo decir que no he visto los demás programas para saber qué oferta hay que dar a esa hora de la mañana.¡Mójese! ¿Cuál de los programas que compiten con el suyo le quita más el sueño?Me preocupan todos pero quizá el que se puede parecer más al mío, por el concepto que tengo de lo que debe ser un programa de mañana, es el de Concha García Campoy.«Vamos a estar atentos a la vida social…», ¿habrá petardeo?No, la vida social es la que protagonizan los ciudadanos de este país; pero, si te refieres a si tendremos secciones de corazón, te diré que no. Ni sucesos. Lo tengo clarísimo.Y eso que viene de haber estado ocho años presentando y subdirigiendo el programa Gente.En este espacio no buscaremos el suceso ni el corazón como noticia. Pero si nos encontramos con una explosión en Barcelona en la que hay 200 atrapados, claro que nos ocuparemos de ese suceso. Y si se casa el príncipe Alberto de Mónaco, también.¿No va a sentar a un solo friki en su mesa?No, aunque abrí el programa con Chikilicuatre, pero porque va a Eurovisión y es un fenómeno que nos encanta. Me tengo prohibido hacer televisión a base de la galería de los monstruos.Tiene pinta de ser mandona.Hay gente que lo piensa, pero yo soy una buena primera y una magnífica segunda. Y me ha tocado ser las dos cosas, aunque es verdad que mando mucho.¿Ha sufrido el acoso de espectadores enamorados?Me escriben y me cuentan cosas, pero no me acosan. Tengo un enamorado en Suiza que me habla de sus operaciones de próstata.

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