El mejor Torretta

El mejor Torretta

El mejor Torretta

El diseñador hispano argentino envuelve a la mujer con sus mejores galas en una colección de vestir y fiestaLa pianista venida del Este, Sara Marianovich, que con su piano de cola (y su cola de caballo, como las modelos) puso la música al desfile de Devota & Lomba. Con un pelo negro que todavía resaltaba más el tono de su piel, se unió solidariamente al hatajo de espectaculares descoloridas alas que dan color Raica Oliveira, Eugenia Silva y María Rey.Bajo la atenta y cómplice mirada de Roberto Torretta y Paola Dominguín (que no dejaba de romar notas), presentó Modesto Lomba su propuestas para el próximo otoño-invierno. Música sin estridencias. Colección sin estridencias. Muy bonita. Mostró el diseñador abrigos de fieltros de lana del estilo del «new look» de Christian Dior, de la línea Corola, el Dior de la silueta ceñida a la cintura. Los pantalones, bajos de talle. Muchos marrones y vuelo sin motor en las faldas de pliegues. Gasas de terciopelo y encaje de Camariñas. Y suena otra vez «El mar» de Debussy, que parece que está de moda.Empezó Roberto Torretta su desfile con las modelos, todas de negro, pasando de largo por la boca de la pasarela en un efecto cinematográfico de lo más efectista. El segundo impacto fue la aparicion de Nieves Álvarez, que volvía a Cibeles. El tercero, la colección, Torretta apuesta por más fiesta, por más vestir («creo que es una tendencia de mercado», dice). Un homenaje a los últimos 50 y los primeros 60, los mejores, los de Balenciaga y Balmain. Sólo sacó dos pantalones (pitillo y cortos, uno en lino lano). Combinó el negro y el marino. Los rosas y celestes tenían un aspecto empolvado, sucio, suave.La piel de ColomerFruto de su colaboración con Colomer, sacó un espectacular abrigo de novac estampado con cuadros príncipe de Gales (también abrigos de cuero plisado o de ante napado por dentro). Y tejidos con poca plancha. Destacó el canalé en cashmere de seda (vestido largo con el que cerró Nieves Álvarez). Usó combinaciones fuera de lo normal, como una falda larga de organza con el jersey de cashmere arriba o seda más lana en un abrigo negro. Y tafeta rosa y tul marrón. No hay nada agresivo, todo es equlibrado, las transparencias son las que tienen que ser.

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