Así es como puede “deprimirse” tu vagina

¿Alguna vez habías oído que tu vagina puede deprimirse? Y no se trata de que tu vagina se ponga a llorar porque se sienta mal, sino que existen dos condiciones en la salud sexual femenina que podrían afectarte y nos referimos a la atrofia vaginal y la Vulvodinia.

Pero ¿Qué son estos padecimientos?

La Atrofia vaginal y la Vulvodinia son dos problemas que el 50% de las mujeres llegan a tener en distintas etapas de su vida. Si quieres conocer más de ellas, te recomendamos seguir leyendo este artículo.

¿Qué es la Atrofia vaginal?

Es una afección muy frecuente en las mujeres postmenopáusicas, causa sequedad e inflamación en las paredes de la vagina. Esto se debe a que se comienza a producir menos estrógeno, pues a medida que se acerca la menopausia la producción de la principal hormona femenina decae.

Quienes lo padecen dicen sentir ardor, picazón, problemas para orinar, secreción y dolores durante el sexo. Los cambios vaginales afectan a la estrechez en la abertura, menos elasticidad y sangrado con facilidad hasta podrían dejar de tener relaciones sexuales.

Algunas de las recomendaciones para tratar este padecimiento puede ser hormonal, bien tomando pastillas de estrógeno o utilizar algunos lubricantes o cremas. Lo ideal es ir con un médico experto.

¿Qué es la Vulvodinia?

Se le conoce como el dolor o molestia crónica en la vulva y de acuerdo con The American College of Obstetricians and Gynecologists, “Una de cada cuatro mujeres llegan a sufrir de este padecimiento en su vida”.

Sus causas aún no han sido definidas, puede ser por un roce duro, insertar mal un tampón, por correr o montar constantemente en bicicleta. El dolor puede durar días o incluso meses, lo que puede deteriorar la calidad de vida.

Estos son los síntomas:

  • Ardor muy intenso sobre la vulva
  • Irritación
  • Sensación de agujas, que se clavan en la mucosa.
  • Descargas eléctricas
  • Sensación de haber recibido un golpe
  • Sensación de extrema sequedad, picor, hinchazón o dolor generalizado
  • Dolor anal o rectal
  • Dolor que aumenta sentándose

Si padeces algunos de estos síntomas, te recomendamos ir con tu ginecólogo para iniciar un tratamiento de inmediato, ya que si es posible curarte pero necesitas de tiempo para ver los resultados.

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