Lo que no tiene nombre de Piedad Bonnett. Pequeñísimo homenaje.
A mi madre con todo, pero en serio todo, mi amor.
Recién terminé de leer «Lo que no tiene nombre» de Piedad Bonett. Mi madre insistió un par de meses atrás que lo leyera, ella es asidua a la lectura de escritoras latinas, Piedad una de sus favoritas.
Pero no entendía el porqué, la razón de su insistencia y lo fui dejando. En diciembre me regaló el ejemplar en pasta blanda, pero tenía, tengo, un altero de libros pendientes por leer, si no los termino me abrumó. Por ejemplo, tardé casi cinco meses en leer la saga de “Juegos del hambre”, me encantó, pero antes quise terminar otras lecturas. Todo a su tiempo.
Hablemos del suicidio
He tenido dos episodios en lo que he pensado en el suicidio. Uno a los 11 años porque sentí tanto dolor por el bullying que recibía mi hermano aunque él no apreciaba o no magnificó en ese momento la clase de insultos que una decena de valentonados escuincles le propinaban cada día en el colegio.
Clemen es un chico especial, más allá de lo obvio, lo es. Es una persona que conoce o sabe o ha vivido muy poco sobre la maldad de los seres humanos, pero eso no significó que no quisieran lastimarlo. Al punto que le abrieron la cabeza en dos ocasiones.
Quienes dirigían la escuela en ese momento: ciegos y sordos, no hubiera sido que se les fueran socios o donantes de su paupérrima institución.
Interminable dolor
Pero a mí me dolía, si bien no recibí los golpes pero si recuerdo el llanto o la cara ensangrentada de mi hermano. Sus lágrimas me generaban dolor físico, mental y emocional. «¿Cómo pudieron hacerle eso a mi nene?». Le gritaba en el auto a mi madre.
Recuerdo muy brevemente que llegué a casa, tenía una habitación en el piso más alto y me encerré. Sentí tanto dolor que no podía respirar entre el llanto, los sollozos y la impotencia de que no pude defender a mi hermano, a mi pequeño superhéroe.
En un paso breve por mis pensamientos pensé, «¿Y si me lanzo desde aquí?¿Pero y si no me mato y solo le provoco más dolor a mi madre?».
El amor, y la compasión a mi madre, en ese momento me salvó. En realidad mi mamá siempre me salva, me ha salvado, me salvará. Amorosamente me abrazó, lloró junto conmigo, validó mis emociones, me contuvo y me internó.
Fue tal mi depresión, ansiedad y dolor que tuve que parar mi vida. Mis pensamientos suicidas detonaron en mí un sistema nervioso y cognitivo completamente vulnerable.
Lo que no tiene nombre
No daré spoilers o adelantos. Pero justamente Piedad Bonnett en «Lo que no tiene nombre» dice, «¿Por qué no le decimos suicidio si así se llama?». Porque la salud mental es la menor de las prioridades, sobre todo en familias como en México o en general en Latinoamérica donde 5 personas viven —o tienen que vivir—con menos de 12,000 pesos al mes, es decir con 550 dólares.
La madre quiere que sus hijos tenga siquiera que llevarse a la boca dos veces al día. Qué va a estar pensando en la salud mental de la hija que tiene rachas de ansiedad todas las noches o en el hijo que por depresión cae en las drogas o en la deserción escolar.
Lo que no tiene nombre es un ejemplo de como somos una sociedad repleta de prejuicios, donde importa muchísimo más qué van a pensar de mí o de mi hijo. «¡Cómo crees que voy a decirle a mi mejor amiga que mi hijo se quiso suicidar!».
Pues eso. La negligencia, la incapacidad de seguridad y salud pública y “esconder” prejuiciosamente este tema: salud mental. Es el estado real que acoge a millones de personas.
Cifras de los suicidios
En el mundo se suicidan más de 800,000 personas al año. 1 suicidio cada 40 segundos. ¿Es poco o mucho? Qué cifras tan frías que la Organización Mundial de la Salud prefiere ocultar o minimizar antes que invertir y afrontar una realidad que va en aumento.
Por cada suicidio cometido hay al menos 40 personas intentándolo y otras 200 más pensándolo. ¿Y si ocurrieran todas esas muertes si le importarían a alguien, a algún gobierno o institución?
La pandemia de la COVID trajo más suicidios. La falta de empleo, las deudas, las distancias, los rompimientos matrimoniales o de pareja o familiares fueron algunas de las causas. ¿A quién le importó ese aumento alarmante? A nadie.
En México apenas se invierte el 1.3% del presupuesto anual cuando la OMS recomienda que sea AL MENOS un 5%. 3,700 millones de pesos en salud mental mientras que, por poner SÓLO un ejemplo, el tren maya lleva gastado no menos de 500,000 mil millones de pesos.
Cierro mi texto citando esta frase de Piedad:
La persona que se quiere suicidar no se quiere morir. Quiere terminar con el dolor que siente. Quiere dejar de sentir el dolor que le carcome los huesos. NECESITA QUE ESE DOLOR FRENE, pero NO QUIERE MORIR. Si esa persona encontrara herramientas para terminar con el dolor que siente, no se mataría.
Piedad Bonnett
Algunos links informativos sobre el tema del suicidio
Y dejo este link: Contactos de emergencia para suicidio en todo el mundo: https://faq.whatsapp.com/141726912574…
Además de esta guía que después la pandemia distribuyó el Gobierno de España, es un PDF descargable: https://consaludmental.org/centro-documentacion/la-conducta-suicida-informacion-para-pacientes-familiares-y-allegados/
Y la página web de la Confederación de Salud Mental de España, tema “Prevención de la conducta suicida”: https://consaludmental.org/centro-de-documentacion/prevencion-y-promocion-de-la-salud-mental/prevencion-de-la-conducta-suicida/
«Lo que no tiene nombre» Lo puede adquirir en Amazon en formato para Kindle, pasta dura o pasta blanda, casi disponible en todo el mundo. Y también está disponible en más de 170 bibliotecas en el mundo, clic aquí en WorldCat para saber dónde lo tienen.
¿Qué es WorldCat? WorldCat es la base de datos de información sobre colecciones bibliotecarias más completa del mundo. OCLC entrega calidad, capacidad de identificación y valor. Las bibliotecas miembro proporcionan la base. Los socios sostienen el crecimiento de WorldCat.
- En español https://search.worldcat.org/es
- En inglés: https://search.worldcat.org/
- Francés: https://search.worldcat.org/fr
En Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=lM0OpelBJmU
Agradecimientos
Gracias por salvarme, má. Te amo. Gracias por entender mi dolor sin invalidar las razones o mis apegos emocionales o porqués de estos miedos y dolores. Seguimos.
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